Acaban
de ser instalados en el Museo Arqueológico de Borja, dos fragmentos
reconstruidos del antiguo pavimento aparecido en las termas romanas de La
Gorrona (Albeta).
Fue en el año 2001, mientras
D. Miguel Ángel Diarte realizaba trabajos de explanación para la plantación de
una viña en ese término, cuando se vio sorprendido por la aparición de lo que
parecía ser un antiguo pavimento.
El
responsable de la Sección de Arqueología del Centro de Estudios Borjanos y
actual Director del Museo de Zaragoza, D. Isidro Aguilera Aragón, tras visitar
la zona, se percató de la importancia del hallazgo, dado que, en ese mismo
lugar, había constatado previamente la existencia de una villa altoimperial.
Con la colaboración del propietario del terreno y del Ayuntamiento de Albeta,
se pudo llevar a cabo una excavación que permitió descubrir unas termas
construidas entre el siglo I y II de nuestra era, para su utilización por los
habitantes de la villa contigua. Tras las excavaciones y la realización de los
correspondientes estudios, las termas volvieron a ser cubiertas, aunque en la
actualidad el terreno es titularidad pública, al igual que una parte del
emplazamiento de la villa antes citada.
Sin embargo, quedaron desperdigadas por el entorno un buen número de las
piezas cerámicas que formaban parte de los citados pavimentos, una selección de
las cuales nos fueron entregadas por D. Jesús Arcega, un excelente colaborador
de nuestro Centro, cuyo recuerdo permanece entre nosotros. Con ellos, D. Manuel
Giménez Aperte realizó la reconstrucción de los dos tipos documentados en las
excavaciones que son los que ahora se han colocado en el museo.
Respecto a este tipo de
pavimentos, en febrero de 2016, comentamos en otro artículo de este blog que,
en el Museo Arqueológico Nacional, se exponen unas piezas idénticas a las de
Albeta, encontradas en el Santuario del Cerro de los Santos (Montealegre del
Castillo, Albacete).
En
el rótulo correspondiente se señala que pertenecen a la “Cultura ibérica” y,
aunque se indica que “fueron utilizadas como pavimento”, lo curioso es que como
allí se indica “también se han interpretado como ofrendas”.
Decíamos
entonces que, en nuestro caso, no cabe la menor duda de su utilización para
pavimentar, como quedó demostrado en la excavación, por lo que hay que
descartar ese supuesto empleo como ofrenda y, si ya existían en época
celtibérica, también continuó su uso en época romana, a la que pertenecen las
termas a las que estamos haciendo referencia.
En
cualquier caso, el interés de estas piezas, ahora expuestas en el Museo de
Borja, viene refrendado por el hecho de que otras similares hayan merecido su
exhibición en el Museo Arqueológico Nacional.
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