En uno
de los primeros números de la revista Alrededor
del Mundo, concretamente en el nº 17, apareció un artículo de su director
titulado “La cuna aragonesa de los Borgia. Unos días en Borja”, en el que
relata las impresiones de viaje efectuado a nuestra ciudad, invitado
probablemente por D. Joaquín Alfaro, con el que le unía una antigua amistad.
La
visión que ofrece se circunscribe a su viaje a bordo del ferrocarril de Cortes
a Borja, en el que se recrea por su pintoresquismo. La visión de la ciudad se limitó
a dos de sus monumentos, la Casa de las Conchas y el palacio de Sayón al que
concede una importancia histórica que no se corresponde con los episodios que
supuestamente tuvieron lugar allí.
No
duda en vincular a Borja con los Borgia y a referirse al pasado remoto de la
población. Sin embargo, el artículo tiene un interés extraordinario tanto por
algunos que aporta como por lo que omite.
Concretamente,
el artículo incluía la única fotografía que se ha conservado del extraordinario
arco musulmán que existía en Maleján, perteneciente a la finca de recreo que el
monarca de la taifa zaragozana mandó construir allí y que precedió al palacio
de la Aljafería. El arco ha sido objeto de varios estudios, a pesar de que fue
destruido brutalmente por su propietario, avanzado el siglo XX.
La
otra noticia hace referencia a los documentos de Fernando el Católico que
conservaba el entonces notario de Borja D. Juan Antonio Grávalos, el cual los
había adquirido en una casa de Zaragoza, donde los utilizaban para envolver
ciruelas pasas.
Respecto
a las omisiones la más llamativa atañe a las tablas góticas de Santa María,
dado que afirma “Nada vi en sus numerosas iglesias que valiera la pena de
atraer al viajero”. Aunque los criterios artísticos de la época eran muy
diferentes a los actuales, es muy probable que no las viera, porque entonces se
encontraban aún en el Santuario de Misericordia.
Es
preciso señalar la importancia que tiene la vista general de Borja que aparece
en la primera página, posiblemente la más antigua existente, y en la que llama
la atención el estado en el que se encontraba el Cinto, con buena parte de sus
murallas conservadas todavía.
De la
revista nos hemos ocupado en alguna otra ocasión. Fue fundado en 1899 (el mismo
año en el que apareció el reportaje sobre Borja) por D. Manuel Alhama Montes
(1857-1910), que firmaba con el pseudónimo de “Wanderer”. Tuvo una periodicidad
semanal y se publicó hasta 1930, sobreviviendo por lo tanto a su fundador. El
hecho de que incluyera fotografías y la variedad de su contenido le permitió
alcanzar una gran popularidad.
Manuel
Alhama fue escritor y periodista que procedía de una familia establecida en Guadix,
dos generaciones antes. Su padre, D. José Alhama era masón y republicano,
llegando a ser concejal de Granada, ciudad en la que ejercía como sombrerero.
Pero, además, pertenecía a la Iglesia Evangélica, al igual que su hermano José,
lo que les ocasionó serios problemas e incluso una condena José de ocho años de
prisión por apostasía pública.
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