Como
colofón a la investigación que D. Jesús Cogollos García, Profesor de Doctrina
Social de la Iglesia, en el Instituto de Humanidades “Ángel Ayala” de la Universidad
San Pablo-CEU de Madrid, ha efectuado en nuestro Centro durante varios días, el
pasado lunes programamos una visita a los lugares en los que nació y creció D.
Severino Aznar Embid, objeto de su trabajo. En primer lugar, nos dirigimos a
Tierga, localidad en la que nació el ilustre sociólogo, hijo de un modesto
molinero.
Allí,
junto a la carretera, aún se conserva en pie el molino en el que trabajaba su
padre y en donde él vino al mundo. Lamentablemente, su estado dista de ser el
adecuado, pues se encuentra bastante abandonado y casi envuelto en la maleza,
aunque es un lugar de gran encanto.
Sobre
la fachada se mantiene el rótulo de la avenida que le fue dedicada y que llega
hasta el casco urbano. Lo que apenas se puede leer es la placa que fue
colocada, con ocasión del homenaje que le fue tributado al cumplir 80 años, en
1950. El texto, redactado con la prosa de la época dice así: “En esta casa nació el 10 de febrero de 1870
Severino Aznar Embid, aragonés insigne en virtudes y en sapienza (sic),
catedrático, académico, autor de libros doctos, servidor valiente y abnegado de
Cristo, sembrador de bien, patriarca del Catolicismo Social, padre de mártires
que ofrendaron heroicamente su vida por Dios y por España”.
El
acceso al interior está ocluido por una de las piedras de moler y, aunque el
edificio fue transformado en residencia veraniega, convirtiendo la balsa que suministraba
el agua en piscina, aun pueden verse restos significativos de la antigua construcción,
entre ellos el arco por el que salía el agua hacia el río, después de cumplir
su cometido.
Allí,
bajo el porche posaron los expedicionarios antes de emprender camino hacia la
Casa Consistorial, donde fueron recibidos por el Sr. Alcalde D. Jesús Gabriel
Grávalos Rubio, quien se desvivió en atenderlos y los acompañó personalmente en
su recorrido por la población, facilitando el acceso a lugares que, de otra
forma, hubiera sido imposible conocer.
En el
Salón de Plenos, donde se encuentra instalado, el Prof. Cogollos se fotografió,
en compañía del Sr. Alcalde junto al busto de D. Severino Aznar. Es obra del
escultor Emilio Laíz Campos (1917-1983) y está firmado en Madrid, en 1949, por
lo que cabe suponer que fue encargado con ocasión del homenaje que se le rindió
al año siguiente. Fue un prestigioso artista, autor de numerosos monumentos
instalados en lugares públicos, entre ellos el dedicado al Dr. Fleming junto a
la plaza de las Ventas de Madrid.
Tierga
llama la atención por la belleza de su emplazamiento, el cuidado de sus calles
y los monumentos con que cuenta, dominando el conjunto urbano los restos de su
antiguo castillo.
Destaca,
de manera especial, la iglesia parroquial de San Juan Bautista de la que,
sorprendentemente, tan sólo su torre fue declarada “Bien Catalogado del
Patrimonio Cultural Aragonés”, dentro de lo que se llamó “Aragón Mudéjar”, a
pesar de contar con elementos tan significativos como esa espectacular logia renacentista
que aparece en esta imagen.
Pero,
si su exterior sorprende, otro tanto sucede con su interior, en donde se
conservan retablos y obras de arte de singular interés, como ese magnífico
Cristo crucificado y otras piezas que hoy no vamos a comentar, pero que
aconsejamos contemplar.
El
motivo que nos llevaba al templo era fotografiar la pila en la que fue bautizado
D. Severino. Ya fuera de uso, dado que se utiliza otra portátil para
administrar el Sacramento, sigue estando en el antiguo baptisterio, situado a
los pies del templo, como era habitual.
Y
desde la iglesia, acompañados por el Sr. Alcalde, que nos facilitó la entrada,
fuimos al nuevo cementerio, para visitar la tumba de su madre Dª. Tomasa Embid
Gaspar, fallecida el 6 de febrero de 1899, a los 56 años. Tenía entonces D.
Severino 28 años, cumplió los 29 cuatro días después. La madre fue enterrada en
el antiguo cementerio, ubicado donde se construyeron las nuevas Escuelas, hacía
1950, y entonces trasladaron sus restos al nuevo camposanto, colocando esta
placa en la que puede leerse: “Dª. Teresa
Embid Gaspar. RIP. Aquí yacen los restos mortales de tan venerable señora que +
6 de febrero de 1899, a los 56 años, a cuya memoria y por el eterno descanso de
su alma le dedican sus oraciones el Ayuntamiento de Tierga y su hijo D.
Severino Aznar Embid”. Debió ser colocada, por lo tanto, con ocasión del
citado homenaje, siendo sufragada conjuntamente por el Ayuntamiento y por D.
Severino.
Tras
orar también por su alma y agradecer al Alcalde su cordial recibimiento,
continuamos viaje hacia Trasobares y Calcena, localidades en las que residió D.
Severino y cuya visita comentaremos en otro artículo.
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