Priego
de Córdoba, como ya hemos señalado en otras ocasiones, tiene un riquísimo
Patrimonio Cultural que, diferencia de otras localidades cercanas, pudo
salvarse de los incendios provocados durante la guerra civil, debido a que D.
Niceto Alcalá Zamora, natural de Priego, envió tropas para proteger los
templos.
Muchos
de ellos constituyen una maravillosa expresión del barroco andaluz, ya dentro
del estilo rococó, como es el caso de la iglesia de la Aurora y San Nicasio
Mártir, construida sobre una antigua mezquita y en la que tiene su sede la
Hermandad de la Aurora.
Los Hermanos de la
Aurora, son un grupo de campanilleros que desde finales del siglo XVII recorren,
todos los sábados del año las calles de Priego cantando unas coplas, a partir
de la medianoche, invitando a los fieles a rezar el Santo Rosario, pues no en vano
se crearon en la entonces ermita de San Nicasio con el nombre de “Congregación
del Santo Rosario”. Algunos de nosotros pudieron escucharlos en la noche del
pasado sábado 20, quedando sorprendidos por la belleza y continuidad de esta
tradición.
En el interior del templo
se venera una bellísima imagen de Nuestra Señora de la Aurora, encargada por
los miembros de la hermandad y realizada en el taller granadino de los hermanos
Mora en 1707. Se encuentra en el interior de un camarín recubierto por una
espectacular bóveda, como se aprecia en esta última imagen.
Hasta
allí accedimos al mediodía del viernes 19, por lo que pudimos rezar ante la
Virgen el ángelus, una devoción especialmente querida por nosotros, dado que
fue introducida en la Iglesia por Calixto III, el primer Papa Borja.
Otro
monumento importante es la iglesia de San Francisco, que perteneció al antiguo
convento franciscano, en la que el Sr. Alcalde de Priego D. José Manuel Mármol
inauguró la exposición organizada con motivo del 425 aniversario de la
Pontificia y Real Cofradía y Hermandad Sacramental de Ntro. Padre Jesús
Nazareno que tiene su sede canónica en ella.
La
presidía la imagen titular de la hermandad, una excepcional obra de Arte
realizada por Pablo de Rojas, en 1592, la cual se pudo contemplar sin la túnica
con la que siempre está revestida. Para esta ocasión fue situada en el presbiterio
del templo, dado que habitualmente se la venera en la capilla que tiene
dedicada, de planta hexagonal y rica decoración, a la que ya nos hemos referido
en ocasiones anteriores.
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