Con
notable asistencia de público, dada la coincidencia de horario con otro
importante evento cultural, fue inaugurada ayer la Exposición de Pintura de
Alberto Fernández Sora. El artista estuvo acompañado por el Presidente del
Centro de Estudios Borjanos y por D. Juan María de Ojeda Castellot, Concejal
del M. I. Ayuntamiento y amigo de la familia.
Nuestro
Presidente agradeció la presencia de todas las personas entre las que se
encontraba la Presidenta del Centro de Estudios Turiasonenses Dª. Rebeca Carretero,
numerosos artistas de nuestra ciudad, así como familiares y amigos. En sus
palabras resaltó la labor del protagonista del acto, un hombre forjado a sí
mismo, tanto desde el punto de vista académico como en el dibujante y pintor,
cuya obra abarca los más diversos estilos y técnicas. Resaltó el hecho de que
la muestra se abra con un extraordinario dibujo de su padre y culmine con otro,
realizado por su nieta a la temprana edad de 12 años.
D.
Alberto Fernández Sora recordó su condición de borjano consorte y los recuerdos
acumulados durante sus largas estancias aquí, en compañía de sus primos D.
Fernando Martínez y D. Marcelino Pablo, ya fallecidos. Para él ha constituido
un compromiso personal el exponer en nuestra ciudad y, por ello, agradeció el
apoyo dispensado por el Centro de Estudios Borjanos y la presencia de tantos
familiares y amigos que habían querido acompañarle en este acto.
El Sr.
Ojeda Castellot mostró su admiración por una obra que reúne una depurada
técnica con la sensibilidad propia de todo artista, merced a las cuales ha sido
posible ofrecer una selección tan completa de una dilatada trayectoria.
Posteriormente,
los asistentes pudieron recorrer las distintas salas de la exposición,
acompañados por el artista, tal como muestra este amplio reportaje fotográfico
de Enrique Lacleta. En la última de ellas pueden verse a todos los miembros de
la familia posando en la primera de las salas de la bodega de la Casa de
Aguilar.
El
acto culminó con el aperitivo ofrecido por la familia, en el transcurso del
cual María Ángeles Martínez dedicó a su tío varias coplas de su repertorio. Fue
un acto entrañable que tuvo en la voz de María Ángeles un brillante colofón.
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