La
Cultura de una población tiene su expresión a través de las actividades que en
ella se realizan, pero también por medio del comportamiento cívico de sus
habitantes. De ahí que, junto con los comentarios de los numerosos actos que se
suceden en nuestra ciudad, nos hagamos eco asimismo de otras cuestiones como la
limpieza de sus calles, la decoración floral de las mismas o el uso de
papeleras y contenedores.
Ayer
nos sorprendió encontrar en una céntrica el cartel que algún vecino había
fijado en la misma, recriminando el hecho de que, en la misma se depositaran
con cierta asiduidad las bolsas de basura de alguna vivienda próxima.
En el
letrero se señalaba que “Esto es una papelera. No es el contenedor de la basura
para echar la bolsa de la basura”, porque lo cierto es que, muy próximo al
lugar donde está ubicada esa papelera, hay dos puntos de recogida de residuos
orgánicos. Pero, al parecer, hay quien opta por el procedimiento más cómodo,
aunque con ello se colmaten unos recipientes destinados a otro fin, aunque sin
embargo, en el caso al que estamos haciendo referencia tampoco sea utilizado
para arrojar los envoltorios y residuos de los productos adquiridos junto a
ella, como ya tuvimos ocasión de señalar.
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