domingo, 14 de octubre de 2018

Huellas borjanas en las partituras de Joaquín Liso Torres


         Al comentar la reciente adquisición de una obra sobre viticultura del autor de Magallón D. Joaquín Liso Torres, hacíamos referencia a su labor como compositor. Lamentablemente, aún no hemos conseguido ninguna de sus partituras originales, aunque tenemos copias digitales de algunas de ellas, procedentes de las escaneadas por la Biblioteca Nacional.

         Entre ellas, la que lleva por título “La Baturra”, una recopilación de cinco cantares, el segundo de los cuales, “La Alfarera”, señala en una nota introductoria que es “original de un alfarero de Magallón, llamado Cesáreo Lobera” que lo canta “con grandísimo sentimiento”.




         Pero, un detalle de gran importancia para nosotros es que, en su última página, se incluyen la letra de 14 cantares de D. Baltasar González. Sobre la obra poética del gran pintor borjano que también cultivó la poesía, realizó un importante trabajo recopilatorio Dª. Victoria Paños, que mereció un premio en la XVII edición del Premio de Investigación que convocaba nuestro Centro. Lo hemos revisado ahora y, en él, no hace mención a estas coplas de las que tampoco teníamos copia en nuestro archivo, por lo que el “descubrimiento” ahora efectuado constituye una nueva aportación a la producción de D. Baltasar.



         No es la única relación con nuestra ciudad en la obra de Joaquín Liso, dadas las relaciones de amistad que mantuvo con muchos de sus intelectuales, entre otros el gran poeta Emilio Alfaro Malumbres, al que dedicó en 1884 la polka para piano “La Sota de Oros”, publicada por vez primera en Zaragoza, como “regalo a los suscritores de la Gaceta Musical”.




         Existe otra edición, también publicada en Zaragoza en la Imprenta y Litografía Villagrasa, de la que no se conoce la fecha. En la ficha de la Biblioteca Nacional se le adjudica con dudas la misma, pero pensamos que es posterior. En este caso el nombre de Emilio Alfaro Malumbres aparece en el gallardete que flamea en la pica sobre la que cuelga esa sota de oros que da nombre a la composición. Debemos recordar que el poeta borjano falleció inesperadamente en 1887, a los 23 años, dejando sumidos en la consternación a cuantos le conocieron.

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