domingo, 28 de octubre de 2018

Recuerdos de nuestra tierra en Córdoba



         Durante nuestra estancia en Priego de Córdoba y en la propia capital tuvimos la ocasión de detenernos ante algunos recuerdos de nuestra tierra, entre ellos el grupo escultórico que se encuentra ubicado en la hermosa plaza de Colombia de esa localidad y que es una réplica del original que se conserva en el Museo del Prado de Madrid.




         En la actualidad se encuentra en el vestíbulo que da acceso a la ampliación del museo madrileño, como puede apreciarse en esta fotografía de Guadalupe Ferrández y está considerada como una obra cumbre de la escultura española del siglo XIX.



         El motivo de que en Priego figure una copia de la misma es debido a que el autor de tan importante obra fue José Álvarez Cubero (1768-1827), nacido en esa localidad. Fue un destacado escultor que se formó en Roma, donde en 1818, modeló en yeso esa composición que representaba a Néstor caído, defendido por su hijo Antíloco, durante la guerra de Troya. Inmediatamente se interesaron por la obra, subyugados por su belleza, numerosas personalidades pero Álvarez Cubero la ofreció a Fernando VII que financió su realización en mármol de Carrara, quedando ultimada en 1824. A su llegada a España el monarca decidió incorporarla a las colecciones del Real Museo de Pinturas, el actual Museo del Prado. De la importancia que se le concedió, constituye una muestra el que en 1834 fuera tasada en 260.000 reales, la cifra más alta de todas las obras que integraban la colección real. El nombre de “La heroica defensa de Zaragoza” se le adjudicó con el propósito de exaltar la gesta de la capital aragonesa, asociándola a la antigüedad clásica. Fue, por lo tanto, un cambio oportunista similar a lo que ocurrió con una emblemática obra pictórica contemporánea.



         Ya en Córdoba nos detuvimos ante el rótulo de la calle “Medina y Corella”, situada junto a la mezquita catedral (de hecho la dirección de la catedral es el nº 1 de esa calle), dedicada a D. José de Ayuda Medina y Corella, nacido en Fuendejalón el 26 de septiembre de 1726. Fue canónigo de la catedral cordobesa y con la fortuna que llegó a reunir fue constituido, tras su fallecimiento, un Monte de Piedad que, en 1878, pasó a llamarse Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Córdoba y después CajaSur, de cuyas vicisitudes y de la biografía de este personaje de Fuendejalón ya nos ocupamos en un artículo publicado en 2013, al que remitimos a los interesados.



         Está enterrado en la capilla de la Concepción de Salizanes fundada por su tío y protector fray Alonso de Medina y Salizanes ofm. Otro recuerdo aragonés lo constituye esta hornacina con la imagen de la Virgen del Pilar que se encuentra en la fachada de la mezquita que da al Guadalquivir.





         En estos momentos, en el interior de la catedral está instalada una exposición, inaugurada el pasado 4 de octubre, con el título “Amor a lo visible. Tras la huella de la Compañía de Jesús en Córdoba”, en la que se mostraban dos piezas representando a San Francisco de Borja: una escultura en la que el Santo contempla el cráneo con el que se le representa en la iconografía tradicional y un lienzo, procedente de la comunidad de jesuitas de Sevilla, con un rosario en las manos y esa facies ascética tan alejada de la corpulencia que le caracterizaba en la etapa anterior a su ingreso en la Compañía de Jesús.

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