jueves, 24 de enero de 2019

Privilegios de la cofradía de la Sangre de Cristo de Mallén


         En un tríptico publicado por la Asociación Cultural Belsinon de Mallén, en 2004, con motivo del 150 aniversario de la fundación de la Cofradía del Santísimo Sacramento y del Santo Cristo de la Columna de esa villa, se hacía referencia a que en ella se había fusionado la antigua cofradía de la Sangre de Cristo, creada en 1582 y “en decadencia en aquella época”.
         El hallazgo de un documento en el archivo de la familia Zapata, fechado el 6 de diciembre de 1824, nos permite conocer más datos sobre la que se llamaba “Cofradía de Caballeros Priores de la Sangre de Cristo de la villa de Mallén” y demostrar que en esta última fecha la cofradía todavía perduraba.

         Porque el escrito, dirigido al Vicario General de la diócesis de Zaragoza, lo firma el brigadier D. Francisco de Paula Zapata de Calatayud y Villanova, como “Prior de la cofradía de la Sangre de Cristo”, solicitando autorizar la copia del Breve de Su Santidad por el que se concedieron a la cofradía determinados privilegios que tenía en su poder, tras haberse perdido la bula original, así como el libro de instituciones y arreglo interior de la cofradía, durante la Guerra de la Independencia.




         Un dato interesante que aporta es que la cofradía fue instituida para demostrar la gran veneración con que toda la villa veneraba a esa imagen del Santo Cristo que hoy está en capilla propia, bajo un baldaquino. Sin embargo, en aquellos momentos la imagen se conservaba en el interior de una urna, cuya llave conservaba en su poder el prior de esa cofradía de la Sangre de Cristo, cuya autorización se requería para sacarla en procesión, a instancias del capítulo de la iglesia parroquial o del Ilustre Ayuntamiento.





         Los caballeros que formaban parte de la cofradía eran quienes se encargaban de cuidar “del aseo y lámpara de la imagen” y cuatro familias tenían el privilegio de llevar la peana en la que participaba en las procesiones del Jueves y Viernes Santo. Esta referencia a la Semana Santa es interesante pues también se afirma que en ella tomaban parte otras imágenes, portadas por cofradías, teniendo también el privilegio de estar presente el prior de la Sangre de Cristo en el nombramiento de los mayordomos de las otras cofradías. Además, cuando la imagen salía con ocasión de rogativas u otras celebraciones, además de la autorización del prior, era preciso que asistiera la cofradía de caballeros con su pendón, situándose “mediata a la imagen del Santo Cristo”.
         También se encargaba de celebrar “la festividad de las cuarenta horas”, el domingo, lunes y martes de la quinta semana de Cuaresma.
         Finalmente, hay que señalar que la bula papal en la que constaban todos estos privilegios fue llevada, en 1808, por el bailío frey Lucas de Villanova a la castellanía de Amposta en Zaragoza, para que el “anticuario” de la misma de ponerla “en letra moderna”. La muerte de dicho anticuario y los daños ocasionados durante la Guerra impidieron recuperar el pergamino, quedando sólo la copia del mismo que, en 1824, D. Francisco de Paula Zapata pidió autorizar.

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