Luceni
es una localidad de la actual comarca de la Ribera Alta del Ebro que, en el
pasado, fue propiedad de los condes de Fuenclara, cuya influencia resultó
decisiva para la configuración de su patrimonio artístico. Pero hay dos
elementos que resultaron también de gran importancia para su desarrollo
económico y que han dejado muestras de lo que se conoce como “Patrimonio
industrial”: el Canal Imperial de Aragón y la Azucarera del Ebro.
El monumento
más importante del municipio es la iglesia parroquial de la Candelaria o de la
Purificación de Nuestra Señora. Construida en el siglo XIII, aunque objeto de
reformas posteriores, aún conserva los arcos diafragmas de su estructura
original de su nave de cinco tramos, con cabecera plana. Estas son las imágenes
más antiguas que tenemos de ella en nuestro archivo.
La
iglesia fue objeto de una completa rehabilitación, especialmente evidente en su
torre, construida en 1897. De planta cuadrada y cuatro cuerpos, está rematada
por un tejadillo a dos aguas, que fue realizado en 1912.
La
rehabilitación incluyó también todo el exterior del templo, pudiendo
comprobarse su resultado comparando las primera de estas imágenes con las
restantes.
En
1998 se procedió a pintar el interior con el resultado que muestra esta
fotografía, en la que destaca la curiosa decoración de sus arcos fajones.
El elemento
más destacado de su exorno artístico es el retablo mayor, una obra realizada en
alabastro policromado, en la primera mitad del siglo XV, que los condes de
Fuenclara tenían en el oratorio de su palacio y donaron a la iglesia
parroquial. En estas fotografías se aprecia el estado inicial en el que se
encontraba.
Esta
obra de gran interés fue sometida a una restauración, muy cuestionada por los
especialistas, como se puso de manifiesto en un reciente congreso sobre el
alabastro y sus usos, celebrado en Zaragoza.
El palacio
de los condes de Fuenclara es, en la actualidad, la sede de la corporación
municipal, habiendo sufrido significativas modificaciones. La foto en color es
el estado en el que lo conocidos, en la década de los años 70 del pasado siglo.
Pero, comparándolo con la antigua postal en blanco y negro que reproducimos, ya
se puede constatar que su fachada había perdido buena parte de su carácter, al
haber sido eliminadas las pilastras que flanqueaban sus vanos, de los que
también se había eliminado su molduración.
Posteriormente,
fue sometido a una nueva restauración y junto a su fachada se instaló un
monumento al dance, obras del escultor Iván Gonzalo Pellejero.
En su
escalera, una placa de cerámica recuerda a uno de los más ilustres hijos del municipio,
D. Pedro Cebrián y Agustín, V conde de Fuenclara, que llegó a ser virrey de
Nueva España y cuya biografía publicó el Centro de Estudios Borjanos.
Precisamente,
la presentación de esa obra tuvo lugar en las bodegas del palacio, una parte de
las cuales había sido habilitada como sala de conferencias, mientras que en
otra pudimos ver una muestra de piezas de interés etnológico.
Como obra vinculada al Canal Imperial de Aragón,
debemos mencionar el puente de la Canaleta, realizado en piedra de cantería
para salvar el cauce, mediante un arco rebajado que tiene a sus lados otros más
pequeños, los cuales permitían el paso de las personas y animales que
transitaban por los llamados caminos de sirga. Menos conocido es el hecho de
que el puente fue concebido también como acueducto, ya que , bajo su pavimento,
discurría una acequia de riego.
Otra obra
de interés, relacionada con el canal es este edificio, contiguo al puente que sirvió como almacén
y posada en un punto clave del trazado de esa vía fluvial no sólo servía para
el riego, sino también para la navegación.
De planta rectangular, tiene dos plantas en las que se abren grandes
vanos rectangulares, con dintel de ladrillo. No sabemos si existen proyectos
para su rehabilitación, a pesar de su interés.
La
azucarera de Luceni fue construida en 1912, constituyendo un enorme revulsivo
económico para la zona hasta su definitivo cierre en 1984. Desde entonces, y al
igual que ha ocurrido con el resto de estas instalaciones fabriles en el valle
del Ebro, quedó abandonada. Su importancia, como ejemplo de la arquitectura
industrial en ese período fue puesta de relieve por la Dra. Biel en un artículo
publicado en Cuadernos de Estudios
Borjanos y también ha sido objeto de atención en otras obras. Las dos
últimas fotografías corresponden a la visita que, hace ya algunos años,
efectuamos a la misma, constatando el futuro incierto de este conjunto fabril.
Lo que
sí fue objeto de atención, a través de varias actuaciones fue su capilla con
las antiguas escuelas anexas. Rehabilitadas como Casa de Cultura, después se
instaló en una de ellas la Escuela de Música “Garcés Elorri”.
Ese
conjunto de capilla y escuelas, construcción modernista con los muros resueltos
con estuco y ladrillo visto en esquinas, jambas, alféizares y aleros. ya
mereció ser incluido en el Inventario del Ministerio de Cultura de 1979 y
también aparece en el SIPCA, de donde hemos tomado esta imagen del interior de
la capilla que nunca habíamos llegado a ver.
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