domingo, 27 de septiembre de 2020

Petición conjunta de Borja y otras localidades

 

         Cuando, hace unos días, relatamos en una serie de artículos la visita efectuada a Los Fayos, Torrellas y Santa Cruz de Moncayo, no faltaron algunos lectores que, como en otras ocasiones, nos “criticaron” por considerar que esas localidades nada tenían que ver con nuestra ciudad.

         Suele ser frecuente que, para algunos, la historia de una población, no llega más allá del límite de su término cuando, en realidad, no puede ser contemplada sino a través de la interrelación con todo su entorno.

         Un ejemplo de ello lo constituye el documento que hoy reproducimos. Se trata de una petición conjunta dirigida al rey Felipe V, suscrita por las ciudades de Borja (con su barrio Maleján), Tarazona y Fraga, así como las villas de Tabuenca, Ainzón, Añón, Talamantes y Torrellas, más los lugares de Los Fayos y Santa Cruz.

         Ahí encontramos por lo tanto a las localidades visitadas haciendo causa común en un asunto de gran importancia para todas ellas. Nos ha llamado la atención el que no se mencione a Albeta, como barrio de Borja y, para nuestros amigos de Tabuenca queremos destacar que se la incluye entre las villas, lo que no deja de ser significativo, dado que recientemente se cuestionaba el que lo fuera ya que el propio Felipe V al concederle determinados privilegios se dirigía a ella como “lugar”. Pues bien, en este documento, prácticamente coetáneo, se le menciona como “villa”.



         El documento que estamos comentando es un impreso de cuatro páginas, redactado en súplica dirigida al monarca para que se exonere a las localidades citadas del pago de la contribución que les había sido cargada.

         En el caso de Borja, por un privilegio otorgado el 16 de junio de 1708, en reconocimiento a su fidelidad a la causa borbónica durante la Guerra de Sucesión, entre otras cosas se le eximía de todos los tributos, siendo preciso solicitar su aquiescencia para que le pudieran ser impuestos.

         Pero, la situación de las arcas públicas en los años que siguieron a la contienda hizo que ese privilegio quedara olvidado, tanto en Borja como en otras localidades y, a las contribuciones en metálico se unieron los gastos derivados del alojamiento de tropas del que, teóricamente, también habían sido exceptuados.

         Comoquiera que los municipios estaban completamente arruinados, se hicieron numerosas gestiones para solucionar el problema. Borja consiguió algún alivio, con la minoración de las cargas impuestas y el aplazamiento de la deuda. En Tabuenca lograron un año que se les permitiera, con carácter excepcional, hacer el pago en bellotas que era el único producto que tenían.



         Pero, la presión continuó y, por eso, en 1715 dirigieron este memorial, cuyo autor no conocemos, en el que aludían al hecho evidente de que las poblaciones leales eran tratadas con más rigor que las desafectas, dado que a lo padecido en la guerra se unía ahora el rigor de los impuestos a los que no podían hacer frente.

         Es interesante leer el texto del memorial que hemos reproducido en el que figura, entre uno de los argumentos, “que si a los pobres manda V. M. que no se les repartan tributos, entran es esa clase los suplicantes, es decir todos los de Borja y de las otras localidades.

         Finalizaba con una alusión a San Luis, rey de Francia y antepasado de Felipe V, quien al morir encomendó a su heredero que mantuviera los privilegios concedidos por sus mayores porque, aunque le parecieran muy amplios, muchos de ellos “fueron remuneración de justicia y no pura gracia”.



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