Tras la inundación de la Casa de Aguilar, a raíz de las obras emprendidas por el Ayuntamiento para reparar una avería de la red de abastecimiento de agua, continúa sin poder ser restablecido el suministro eléctrico en los sótanos de la Casa, debido a que se mojaron las conducciones, lo que impide el funcionamiento del extractor de humedad que allí existe.
Los
daños ocasionados en los paneles de madera utilizados para las exposiciones han
sido grandes, habiendo quedado inservibles todos los que llegaban hasta el
suelo. Uno de ellos fue arrastrado hacia el ascensor donde la bomba que hay en el
foso pudo evacuar el agua. También se han desprendido los rodapiés de la zona
inundada.
Pero
los daños mayores son los del ascensor. Los técnicos que lo han revisado han
comprobado que se ha mezclado agua con el aceite lubrificante y posiblemente se
ha visto afectado el motor. Por el momento, lo han inmovilizado durante 10 días
esperando que se seque toda la instalación antes de comprobar los efectos del
agua. Ello significa que, durante dos semanas al menos, nos vemos privados de
una instalación sumamente necesaria para el movimiento de cajas y personas.
Y todo
ello como consecuencia de unas obras que prosiguen, sin supervisión de un
arqueólogo como es preceptivo para todas las realizadas en subsuelo y más en
este caso debido a la existencia de un caño, como el que apareció en otras
obras de calle Alfaro Malumbres que, si fueron supervisadas por arqueólogos.
Nos queda la duda de si los daños que ha sufrido la Casa de Aguilar podrían
haber sido evitados planteando la obra de otra manera, pues lo cierto es que no
teníamos filtraciones hasta que la acción de la pala excavadora cortó la
cañería de agua.
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