miércoles, 13 de enero de 2021

Identificar a los líderes

 

         Como en otras ocasiones hemos señalado, una de las causas de la decadencia de los pueblos es su incapacidad para identificar a los líderes que, en cada momento, pueden favorecer el desarrollo de los distintos aspectos de su vida cotidiana e, incluso, su destino colectivo.

         Por eso, suele ser frecuente que se preste mayor atención a demagogos sin ningún tipo de formación o a pretendidos expertos que todo lo ignoran pero son jaleados con la aquiescencia de los poderes de turno. Mientras tanto, los auténticos especialistas, los “sabios”, como antes se decía, permanecen relegados al olvido y despreciadas sus opiniones.

         Aragón también es tierra proclive a ignorar a sus mejores hombres o, en todo caso, a aplaudirlos cuando ya gozan del merecido reconocimiento más allá de nuestras fronteras, aunque no siempre.


         Viene este proemio a raíz de un artículo publicado por un conocido columnista en relación con la Real Academia Española y la limitada presencia de aragoneses en la “docta Casa”. Para subsanar esa deficiencia proponía los nombres de destacados profesores, con méritos más que sobrados, alguno de los cuales es un prodigio de erudición. Pero lo que nos llamó la atención es que, tratándose de una corporación cuyo cometido se centra en ese tesoro que es nuestra lengua común, no incluya entre ellos a alguno de los mejores lingüistas españoles, que lo hay en nuestra tierra (y utilizamos intencionadamente el singular).

         La ignorancia, que no la mala intención, suele provocar que muchos de los grandes hombres que trabajan e investigan en silencio aquí en Aragón, permanezcan olvidados sin ningún tipo de reconocimiento, que no necesitan por otra parte pero que no dejaría de ser justo. Hoy, más que nunca, no sabemos identificar a nuestros líderes.



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