Cuando publicamos fotografías de antiguas parideras abandonadas, puede dar la impresión de que la ganadería es una actividad en trance de extinción, lo cual no es así, sino que ha experimentado una transformación, adaptándose a las nuevas circunstancias.
Lo que
sí ha decaído notablemente, en relación con el pasado, ha sido la ganadería
extensiva y, por ello, aquellas parideras que constituían un elemento
característico de nuestro paisaje fueron abandonadas y comenzaron a arruinarse.
Además, cuando algunas de ellas volvieron a ser utilizadas, lo hicieron en
espacios como el que muestra la imagen, cuyas estructuras contrastan muy
negativamente con la sencilla belleza de la arquitectura tradicional. Curiosa
esta imagen en la que emerge el gigantesco aerogenerador, símbolo de los nuevos
tiempos, sobre los restos maltrechos de aquellos corrales de ganado.
De
todas formas aún subsisten ganados como el que encontramos en nuestro camino
hacia la Estanca, conducido por un joven pastor con la ayuda de dos preciosos
perros. Una bonita estampa.
Las
imágenes que, con frecuencia, nos remiten de abejares en ruinas también pueden
hacernos creer que este otro sector ganadero ha desaparecido, lo cual tampoco
es cierto. Como puede verse en estas fotografías, hay numerosas colmenas que,
en lugar de ocupar aquellos antiguos espacios, se disponen en cajas. Las que se
muestran están situadas en un estratégico emplazamiento al pie de la Muela
Baja.
No son
las únicas, dado que este tipo de explotaciones abundan en nuestra comarca y en
localidades como Ambel, existen varias que comercializan sus productos.
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