En 2023 se cumple el 55º aniversario de la fundación oficial de nuestro Centro, aunque se historia se remonta a varios años antes cuando operaba como Patrimonio de Extensión Cultural. Con frecuencia no solemos percatarnos de lo que representa más de medio siglo de incansable labor en pro de la Cultura y la Investigación no sólo en nuestra ciudad sino en todos los municipios sobre los que el Centro proyecta su actuación.
El año que ha finalizado ha constituido
un revulsivo para nosotros, tras los momentos de desánimo en los que, por
diversas circunstancias, nos habíamos visto sumidos.
Por una parte, hemos logrado recuperar todos
los espacios dañados por la trágica inundación sufrida a comienzos de 2021, a
la que tuvimos que hacer frente en solitario. Ello ha permitido el poder utilizar
de nuevo las bodegas de la Casa de Aguilar como espacio para exposiciones y la
primera muestra ha sido la que, con el lema “Navidad en la Casa de Aguilar” está
teniendo lugar estos días, con un éxito que ha superado todas nuestras
expectativas.
El número de visitantes está a punto de
alcanzar los que tuvo la exposición dedicada, en su momento, al ferrocarril Cortes-Borja,
la segunda en la clasificación general de todas las organizadas por nosotros,
con 1.258 visitantes. La primera, hasta ahora, fue la de trabajos en plastilina
de Ana Villalba que llegó a los 1.540.
Hemos podido constatar también que han
sido muchas las personas de Borja y otras localidades que han estado aquí estos
días, atraídas tanto por la exposición como por la posibilidad de ver las
instalaciones de la Casa de Aguilar convertidas en espacio museístico con las
numerosas obras de arte que la decoran.
Otra de nuestras actividades
prioritarias es la continuidad de este blog en el que, durante el año que
finaliza, hemos seguido publicando una media de cuatro artículos diarios, hasta
alcanzar la increíble cifra de cerca de 13.000. El que haya sido visitado por
un número muy superior a los cinco millones de personas, procedentes de países
de todo el mundo, constituye la mejor recompensa para paliar el esfuerzo que
representa “alimentar” la información de cada día, y las frecuentes críticas de
los más cercanos.
Desde que se desencadenó la pandemia,
dejamos de programar, salvo contadas excepciones, actos públicos en nuestra sede
pero, ahora, si las circunstancias lo permiten queremos retomar esas actividades
con ciclos de conferencias, presentaciones de libros y homenajes, siempre con
destacados especialistas en las distintas áreas del conocimiento.
Pero, la actividad del Centro no se ha
interrumpido en ningún momento, dedicando especial atención a la clasificación
de nuestros fondos, cuya importancia está fuera de toda duda. Sólo en fotografías,
llevamos catalogadas 140.000, todas ellas digitalizadas y con sus respectivas
descripciones en una base de datos.
No menos compleja es la labor de
mantenimiento al día de los fondos de nuestra biblioteca, especialmente tras la
llegada de donaciones muy numerosas. Su catalogación es el problema menor,
aunque laborioso. Mucha mayor preocupación nos genera el encontrar el espacio
necesario para su almacenamiento, tras constatar que van pasando los años y quienes
podían haber solucionado esa cuestión, han preferido olvidarnos.
Finalmente, no queremos eludir otro motivo
de preocupación como ha sido, desde hace un tiempo, el de la paralización de
nuestra labor editorial, por “orden superior”. Ahora parece que vamos a poder publicar
algo pero, hasta que la “cosa” cambie, nada volverá a ser como antes. Una lástima
el que se haya destruido o paralizado algo que funcionaba bien y que constituía
una de las bases principales del prestigio de la Institución y de sus Centros
filiales, ahora llamados asociados.
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