domingo, 3 de marzo de 2024

Panteón de España

 

         Como comentábamos ayer, a pesar de la brevedad de nuestra estancia en Madrid, tuvimos ocasión de ver bastantes cosas y una de ellas fue el Panteón de Hombres Ilustres que, desde 2022, ha pasado a denominarse Panteón de España, en aras a esa moda del lenguaje inclusivo que nos invade, en virtud de la cual parecía inadecuado mantener el nombre con el que fue creado.


         Fue durante de la regencia de la Reina María Cristina, madre de Alfonso XIII, cuando se decidió reedificar la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha, que. tras haber resultado muy maltrecha durante la ocupación francesa, había quedado prácticamente destruida tras el abandono del convento dominico anexo por la Desamortización.

         Durante un tiempo fue utilizado como Cuartel de Inválidos y, por ese motivo allí recibieron sepultura los restos de destacados militares como José de Palafox, Francisco Castaños, Manuel Gutiérrez de la Concha y Juan Prim, con los del político Antonio de los Ríos Rosas, todos los cuales habían sido directores de ese benéfico establecimiento militar.

 

         Por eso, la Reina María Cristina quiso que el claustro de la nueva basílica, tuviera carácter de panteón para acoger los restos de esos personajes y los de otros a los que se considerara merecedores de recibir un homenaje nacional.

 

         Para la realización del proyecto se convocó un concurso que ganó el arquitecto Fernando Arbós Tremanti, que proponía un edificio de estilo neobizantino con una torre inspirada en el campanile de la plaza del Duomo de Pisa.

         Las obras dieron comienzo en 1891, pero sólo se llegó a terminar el claustro (donde está el panteón) y la torre, pues la basílica se construyó mucho más tarde.

 


         El panteón que forma parte del organismo Patrimonio Nacional, está rodeado por unos bien cuidados jardines y su interior también ofrece un aspecto de pulcritud que contrasta con el abandono al que fue sometido en el pasado.

         En la actualidad son trece las personalidades enterradas. Todos ellos políticos y militares decimonónicos y de principios del XX. El último en ser enterrado allí fue Eduardo Dato, en 1921. De ahí, que este edificio declarado BIC fuera objeto de atención por parte de la Ley de la Memoria Histórica y, siendo ministra Carmen Calvo se decidiera reorientar su significado, convirtiéndolo en un lugar dedicado a “mantener el recuerdo y proyección de los representantes de la historia de la democracia española y de aquellas personas que hayan destacado por su labor en defensa de la convivencia democrática, la paz y los derechos humanos, así como el progreso de la ciencia o la cultura”. Pero, salvo el cambio de nombre nada más se ha hecho y hasta allí no ha sido llevados los restos de ninguna mujer.

 

         Menos conocida aún es la existencia de otro “panteón de hombres ilustres”, mandado construir en 1884, por el ministerio de Fomento, en la Sacramental de San Isidro, para conservar los restos de Juan Meléndez Valdés (1754-1817); Juan Donoso Cortés (1809-1853) y Leandro Fernández de Moratín (1760-1828).

 


Tenía forma radial con tres tumbas, construidas en piedra blanca de Monóvar. En el centro se alza una columna, coronada por la estatua de la Fama, que realizó el escultor Ricardo Bellver y Ramón (1845-1924), en mármol de Carrara.

 


Durante el proceso de construcción se tuvo noticia de que los restos de Fernández de Moratín iban a ser enterrados en la catedral de San Isidro, por lo que se decidió que, en la tumba prevista para él fuera sepultado, como así se hizo. Pero, comoquiera que hubo problemas para que Moratín fuera a San Isidro, al final hubo que añadir una nueva tumba al mausoleo.

 



         Pero el “baile” de restos no acabo ahí, pues en 1919, los de Goya fueron llevados a la ermita de San Antonio de la Florida, donde reposan bajo la cúpula que, con los milagros de San Antonio, había pintado él.

         Recientemente, Hispania Nostra alertó sobre el estado de abandono en el que se encuentra este panteón de hombres ilustres, donde la tumba de Goya permanece vacía.

         En un próximo artículo comentaremos los mausoleos existentes en ese “Panteón de España” que ha dado origen a este artículo, interesantes como obra escultórica y por la importancia histórica de los personajes que allí se encuentran.

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