Muchos de nuestros lectores, al menos los españoles, conocen la denominada “Plaza de Toros vieja” de Tarazona, declarada Bien de Interés Cultural y una de las más antiguas de España.
Tiene
forma de octógono y está formada por una serie de viviendas desde cuyas
balconadas se podían presenciar los festejos, aunque también se instalaba una
tendido tras la barrera que, después, se retiraban.
Inaugurada
en la fiesta de San Atilano de 1792, estuvo en uso hasta 1870 en que las
corridas pasaron a celebrarse en un nuevo coso levantado en la avenida de
Navarra.
Es
bien conocido que la edificación de la plaza fue promovida por un grupo de ocho
ciudadanos que solicitaron al Ayuntamiento la cesión del llamado Prado del Río
para levantar allí unas viviendas dispuestas de forma que el espacio interior
pudiera servir para celebrar corridas de toros.
Los
nombres de los primeros promotores fueron dados a conocer por José Vallejo Zamora
en su Historia Taurina de Tarazona,
aportando al mismo tiempo un documento de mayor interés, datado en 1800, en el
que aparecen los propietarios reales de esas casas edificadas en el Prado.
Entre ellos figura D. José Catalán, sobre el que podemos ofrecer unos
documentos inéditos de gran interés para conocer la forma en que se construyó
la plaza.
Se
trata de una serie de recibos de las aportaciones efectuadas para “la
construcción de las casas que se han de edificar en el Prado”. La primera de
las cuales fue por un importe de 100 escudos y se realizó el 4 de mayo de 1790.
D.
José Catalán de Ocón era un destacado personaje que había sido nombrado regidor
perpetuo de la ciudad, emparentado con los Linares y los Rada (en la obra
mencionada se les cita como Roda), que también participaron en el proyecto. El
depositario de esa Junta de Propietarios era D. Jaime Doz, que también formaba
parte de la iniciativa y firmaba los recibos.
Conservamos
en nuestro archivo los recibos de las aportaciones efectuadas en 14 entregas
desde mayo de 1790 a agosto de 1792. No
se conservan los recibos de la novena y la duodécima entrega.
Tras
la primera que, como hemos señalado fue de 100 escudos, las siguientes lo
fueron de 50 y, a partir de la novena, de 25 escudos. Por lo tanto la cantidad
total que correspondió a D. José Catalán fue de 600 escudos.
Creemos
que estos recibos ofrecen nuevos datos sobre tan importante monumento turiasonense
que vienen a sumarse a los contenidos en el conjunto documental que estamos
catalogando, también procedente de Tarazona, que nos ha sido donado.
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