Los
trabajos de limpieza del entorno del puente Clox avanzan a buen ritmo. De
hecho, como puede apreciarse en las fotografías tomadas ayer, prácticamente han
finalizado. En la imagen superior aparece la parte anterior del puente sin la
maleza que, hasta hace muy poco, lo ocultaba casi por completo.
Esta
otra corresponde a la cara posterior que aún se encontraba en peor estado. El
interés de esta actuación radica no sólo en la recuperación de la visibilidad
del puente, sino en la mejora que, para su seguridad, representa el haberle
retirado la maleza que, en caso de riada, podía ponerlo en peligro.
El
puente resultó afectado, en varias ocasiones, por las avenidas del Huecha. En
1684, el ayuntamiento decidió cegar “el ojo derruido y llevar el agua por el
ojo que está bien”. No tenemos constancia de cuando se reparó, probablemente en
el siglo XVIII, cuando hay documentadas obras importantes en el mismo, cuyo
alcance desconocemos. En las fotografías existentes con un solo arco y una
pasarela de madera, sustituyendo al otro, podría corresponder a una destrucción
posterior.
Lo
que sí se ha podido comprobar ahora es que, en algún momento, el puente fue
ensanchado. En estas dos fotografías se aprecian muy bien las características
de las dos intervenciones. Por todo ello, sería conveniente estudiar el origen
y evolución de esta obra.
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