La
imagen que reproducimos corresponde a la procesión que, tradicionalmente, se
celebraba con motivo de la fiesta de San Roque el 16 de agosto, a su paso por
la plaza del Olmo. Es una fotografía que procede del archivo Ojeda y en ella
puede verse la peana con la imagen del Santo, acompañada por un nutrido grupo
de clérigos de la ciudad.
Esa
imagen, encargada por el concejo borjano se conserva habitualmente en el
despacho del Sr. Alcalde ya que era una de las fiestas votadas de la ciudad.
Ello se debe a que cuando, a mediados del siglo XVII, Aragón se vio afectado
por una grave epidemia de peste que ocasionó una terrible mortandad, Borja
decidió acogerse a la intercesión de San Roque, considerado eficaz protector
frente a esta enfermedad. En 1652 la corporación municipal, en representación
de todos los borjanos emitió un voto perpetuo, comprometiéndose a celebrar
todos los años su fiesta con una Misa solemne y procesión.
Desde entonces, no se
interrumpió esta costumbre hasta fechas relativamente recientes y en ella
tomaba parte la corporación, bajo mazas, como puede apreciarse en esta otra
fotografía procedente del legado Sánchez del Río. Está tomada en la plaza de
San Francisco, junto al desaparecido palacio de Mañas, cuando la comitiva se
disponía a entrar en la iglesia del convento de Santa Clara. La razón por la
que la procesión efectuaba esta visita se debía a que dicha iglesia tiene como
titular a San Sebastián otro de los santos protectores frente a la peste.
De la fiesta y, por
supuesto, del voto no queda otro recuerdo en Borja que el de estas antiguas
fotografías y la presencia del Santo en la Alcaldía. Sin embargo, no es el
único voto incumplido pues tampoco se cumplen los relacionados con la fiesta de
San Juan ni el de celebrar la fiesta de la Inmaculada, aunque en este último
caso siguen asistiendo a la fiesta del convento de la Concepción algunos
concejales, a título particular.
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