miércoles, 21 de agosto de 2013

El primitivo emplazamiento del pilar de Santa Bárbara


            A la derecha del camino de la Estanca y sobre un monte se encuentra el pilar de Santa Bárbara que, según la tradición, señala el lugar en el que fue encontrado un niño de Maleján, desaparecido días antes. La familia lo mandó construir, en señal de gratitud a Santa Bárbara, patrona de esa localidad, a cuya intercesión se atribuyó la salvación del niño.
            El pilar fue restaurado, en 1984, por D. Luis Hernández Ríos quien también restauró el llamado “pilar del Maco”. Sin embargo, tal como dimos a conocer en la obra Pilares votivos, el emplazamiento actual del pilar no es el original. En el Archivo Histórico Municipal de Borja encontramos referencias al acuerdo adoptado, el 31 de julio de 1744, por el concejo para “que se mude y traslade” porque amenazaba ruina, llevándolo a donde quiera Miguel Salillas “por el provecho que se puede seguir de este traslado en la cantera en que hoy está trabajando”.

            Lo que se desprende de esta resolución es que, en aquellos momentos, el pilar ya estaba arruinado y molestaba al citado Salillas, que era un maestro albañil, para los trabajos de explotación de una cantera situada bajo el emplazamiento del pilar. Las obras fueron encomendadas a Diego Merle, otro maestro de obras de la ciudad, y sufragadas por Miguel Salillas que era, en definitiva, el beneficiado por este traslado.




            Ahora, Pedro Domínguez Barrios ha localizado las antiguas canteras y, por lo tanto, podemos deducir que el pilar fue construido, en un primer momento, en el espolón del cabezo, a unos metros a la izquierda de donde se encuentra ahora.




            A simple vista, las canteras pueden pasar desapercibidas pues nunca fueron muy importantes. De ellas han quedado unos desmontes escalonados, cubiertos de tierra en los que apenas se adivina la existencia de tierra.



            Sin embargo, observando con detenimiento en las zonas descarnadas de la piedra caliza, pueden apreciarse las huellas de los barrones que se introducían para separar los bloques que, seguramente, no tenía otra utilidad que la de materiales de construcción, dada su escasa calidad.



             No obstante, el trabajo de Pedro Domínguez Barrios ha servido para comprobar un testimonio documental que habíamos encontrado y aclarar definitivamente la historia de este pilar votivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario