En
2007, con motivo del III centenario de su fallecimiento, el Centro de Estudios
Borjanos dedicó esta lápida a la memoria de Dª María Agustina de Gurrea y Vera,
destacando el hecho de ser descendiente de los Borja. Con evidente ampulosidad
resaltamos el retorno de la sangre de esta familia a la ciudad de la que habían
partido. En los actos conmemorativos pusimos de manifiesto que esta rama se
había extinguido a la muerte de la condesa de Castellflorit, ya que no tuvo
hijos.
Alejandro VI |
Ahora,
sin embargo, podemos dar una noticia que a muchos les va a sorprender. En Borja
siguen residiendo descendientes directos del Papa Alejandro VI. Cuando nos
percatamos de esta circunstancia, nos pusimos en contacto con ellos y, aunque
eran conscientes de ello, no conocían con precisión su línea sucesoria. Ha sido
D. Raúl Rivarés, coordinador del Seminario de Estudios sobre los Borja,
recientemente constituido en nuestro Centro, quien ha realizado un minucioso
estudio sobre este asunto que hoy ofrecemos en primicia.
Lucrecia Borgia |
La
citada condesa descendía de Juan de Borja, hijo de Alejandro VI y de Vannozza
Cattanei. Un hijo de este personaje, también llamado Juan, III duque de Gandía
y padre de San Francisco de Borja, contrajo segundas nupcias con María
Francisca de Castro-Pinós, hija del VIII vizconde de Évol, señor de
Fréscano. Sin
embargo, la rama a la que ahora nos estamos refiriendo, procede de Lucrecia
Borgia, hija del Pontífice y hermana del citado Juan de Borja.
Alfonso I de Este |
Lucrecia Borja
(1480-1519) estuvo casada en terceras nupcias con Alfonso I de Este, duque de
Ferrara, Módena y Reggio. De este enlace tuvieron, entre otros hijos a Francisco de Este
(1516-1578), marqués de Massalombarda que contrajo matrimonio con María de Cardona, marquesa de Padula., con la que no tuvo descendencia.
Marfisa de Este |
Sin embargo, fuera de
su matrimonio tuvo, al menos dos hijas. Una de ellas , llamada Marfisa de Este (1562-1608), que casó, en segundas nupcias con
Aldemaro Cibo, príncipe heredero de Carrara.
De esta unión nació
Carlos Cibo I (1581-1662), príncipe de Massa, y marqués de Carrara, quien casó con Brígida
Spínola, siendo padres de María Cibo(1609-1652) la cual contrajo
matrimonio con Galeoto Pico IV, príncipe heredero de Mirándola.
Armas de los Mirándola |
Su hijo primogénito fue Alejandro
Pico II (1631-1691), duque de la Mirándola, que estuvo casado con Ana
Beatriz de Este, princesa de Módena, con
quien tuvo entre otros hijos a Laura Pico de la Mirándola (1660-1720).
Armas de los Gonzaga |
Laura
Pico de la Mirándola entroncó con la familia Gonzaga por su matrimonio con Fernando Gonzaga III,
príncipe de Castiglione y duque de Solferino en Italia. Su tercer hijo Francisco Gonzaga (1684-1758),
se estableció en España, donde recibió el título español de Duque de Solferino.
Era, además, príncipe del Sacro Imperio Germánico y caballero del Toison de
Oro. Tras la muerte de su primera esposa, Isabel Ponce de León, casó en segundas nupcias con Julia
Caracciolo de Santo Buono, cuya hija mayor, María Luisa Gonzaga
(1726-1773) le sucedió en todos sus títulos.
Armas de los Pignatelli |
A través de María Luisa,
II duquesa de Solferino, la familia entronca con otra importante casa, los Pignatelli, pues contrajo matrimonio con el príncipe
Joaquín Anastasio Pignatelli de Aragón y Moncayo, XVI conde de Fuentes, que era
hermano de San José de Pignatelli y del canónigo Ramón de Pignatelli, impulsor de
las obras del Canal Imperial de Aragón.
De
ese matrimonio nació, entre otros hijos, Juan Domingo
Pignatelli de Aragón y Gonzaga (1757-1819), que acabó sucediendo como VI Duque de Solferino, conde de
Fuentes y del Castillo de Centellas, marqués de Coscojuela y de Mora, entre otros títulos, que
estuvo casado con María Trinidad Wall y Manrique de Lara.
Les
sucedió su hijo Juan María Pignatelli de Aragón y Wall (1799-1823), VII Duque
de Solferino, que estuvo casado dos veces. La primera vez con María de la
Salud Manrique de Lara y la segunda con Adelaida
Belloni y Meroni. De este segundo enlace nacieron dos hijos, Juan Domingo y
María de la Concepción. Heredó los títulos el primogénito, pero al morir siendo niño pasaron a su hermana María de la Concepción Pignatelli de Aragón
y Belloni (1824-1858), que se convirtió en la IX duquesa de Solferino, título
aportado junto con otros de la familia a su matrimonio con Benito de Llanza y Esquivel.
El
primogénito de este matrimonio fue Mariano, que murió a temprana edad, por lo
que les sucedió su segundo hijo Manuel María de Llanza y Pignatelli de Aragón
(1857-1927).
El que ocupa el cuarto lugar, por la izquierda, en la última fila es el duque de Solferino |
Mª Asunción de Bobadilla Martínez de Arizala |
De este ilustre
personaje que fue X duque de Solferino, conde de Fuentes y del Castillo de Centellas, marqués
de Coscojuela y de Mora, príncipe de Castiglione y del Sacro Romano Imperio, nos
ocupamos en nuestro Diccionario
Biográfico, debido a su relación con la comarca de Borja. Ocupó destacados puestos dentro de la Comunión
Tradicionalista, siendo elegido Presidente del Círculo Tradicionalista de
Barcelona en 1888. Fue Diputado a Cortes y Senador vitalicio, estando unido su
nombre al de muchas empresas catalanas de su época, entre ellas a la editora
del periódico El Correo Catalán, de
la que fue presidente. Estuvo casado con María Asunción de Bobadilla y Martínez
de Arizala, con la que tuvo varios hijos, sucediéndole en los más importantes
títulos su primogénito Luis Gonzaga.
Ignacio de Llanza y Bobadilla |
Dolores Lluch y Layús |
Otro de sus hijos, Ignacio de Llanza y Bobadilla (1895-1987)
usó el título de barón de Alcarrás y se casó con Dolores Lluch y Layús, con quien tuvo a Ignacio Manuel de Llanza y
Lluch, marido que fue de María Cecilia Drudis del Campo, padres del artista Severino
de Llanza Drudis y sus hermanos que residen en nuestra ciudad y mantienen
estrechos vínculos con la vecina villa de Ainzón.
Ignacio Manuel de Llanza y Lluch |
Severino de Llanza y Drudis |
Los
Llanza Drudis son, por lo tanto, descendientes directos de Lucrecia Borgia y
familiares, en mayor o menor grado, de tres santos: San Francisco de Borja, San
Luis Gonzaga y San José de Pignatelli.
Como ha señalado Raúl Rivares , uno de los mitos más queridos
del imaginario borjano es sin duda la vinculación con nuestra ciudad de la
célebre familia homónima, elevada en el Renacimiento por dos veces a la Sede de
San Pedro.
El problema radica en la nula importancia de esta
familia hasta llegar a Alonso de Borja (el que luego fue papa Calixto III), y
la consiguiente escasez de documentos que impide, al menos por el momento,
trazar una genealogía fiable entre los Borja que acompañaron al rey Jaime I en la
Reconquista de Valencia y las familias de Calixto III y de su sobrino Alejandro
VI, y aún menos entre aquellos Borja y los primeros que, al abandonar la
entonces villa, adoptaron como apellido el de su origen, transmitiéndolo a sus
descendientes. Lo que la investigación
más seria descarta es la fábula (pergeñada para ennoblecer su oscuro origen
familiar) que hace a los Borja descendientes, nada menos, que de Pedro de
Atarés (cuyo verdadero apellido, de acuerdo con la documentación coetánea, era
Taresa), el señor de Borja y supuesto aspirante al trono aragonés tras la
Reconquista, ya que las pruebas documentales se inclinan a rechazar la
existencia de descendientes de este personaje.
Pero,
frente a esos intentos, resulta curioso el hecho de que Borja ha olvidado la
relación que, en siglos posteriores, estableció con individuos del linaje que
inmortalizó el nombre de la ciudad. Ese fue el caso de la condesa de
Castellflorit con el que iniciamos este artículo y, mucho más sorprendente
puede resultar el que ahora hayamos conocido la existencia, entre nosotros, de
una serie de personas que descienden de otra rama de la familia que se inicia
con la propia Lucrecia Borgia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario