La
catedral de Varna es uno de los monumentos más importantes de esa ciudad búlgara
, aunque no es excesivamente antigua ya que su construcción fue ordenada por el
príncipe Alejandro de Battenberg en 1880. Está dedicada a la Asunción de la
Santísima Madre, en honor a la zarina María Alexandrovna de Rusia que era tía del príncipe. El proyecto que se inspiró
en el templo de Peterhovski de San Petersburgo fue realizado por el arquitecto
municipal de la ciudad P. Kupka, siendo terminadas las obras en 1885.
De
planta cuadrangular con tres naves, su interior está decorado por frescos
realizados en 1949. El exterior de las cúpulas está recubierto por láminas de
cobre que le confieren el peculiar aspecto de este tipo de templos.
Como
ocurre en todos las iglesias ortodoxas, el presbiterio está separado del
espacio reservado a los fieles por el iconostasio, una mampara ricamente
decorada con iconos dispuestos según un estricto orden. Tiene tres puertas: la
central o “puerta santa” está reservada a los clérigos y sólo ellos pueden
atravesarla. A la derecha se sitúa la puerta meridional o "diaconal” que
aparece en la imagen y a la izquierda la septentrional. Al espacio situado tras
el iconostasio, donde se encuentra el altar, sólo acceden los clérigos, dado
que la liturgia ortodoxa tiene un carácter diferente a la nuestra.
En
las naves pueden verse diversos iconos que son objeto de especial veneración,
así como lampadarios, siempre con candelas encendidas.
La
ceremonia de la boda comienza en la anteiglesia, donde tiene lugar el
intercambio de anillos que no pudimos fotografiar, pues era preciso acreditarse
y pagar una pequeña tasa (3 Euros). Cumplimentado este trámite, se nos permitió
tomar imágenes del resto de la celebración, ya en el interior del templo. El
rito es complejo aunque relativamente breve pues no va acompañado de la
Eucaristía, como ocurre entre nosotros. Destaca la imposición de coronas a los
contrayentes como pudimos ver en la boda del rey Juan Carlos I en Atenas, que
los de mayor edad recordarán.
Especialmente
llamativo nos resultó el grupo de cinco bellas jóvenes que acompañaban a la
novia y que estaban situadas tras los padrinos.
También,
el atuendo de los cantores que intervinieron en distintos momentos. Hay que
destacar que en la liturgia ortodoxa no se utilizan el órgano ni otros
instrumentos.
En
la catedral encontramos también clérigos, como el que aparece en la imagen que
nos permitió fotografiarlo tras pagar otra pequeña tasa (1 Euro), así como
numerosos elementos simbólicos que vienen a poner de manifiesto las diferencias
litúrgicas entre una y otra religión y la necesidad de disponer de un
conocimiento previo para una mejor comprensión de lo que se contempla.
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