miércoles, 10 de septiembre de 2014

Una boda en la catedral de Varna


            La catedral de Varna es uno de los monumentos más importantes de esa ciudad búlgara , aunque no es excesivamente antigua ya que su construcción fue ordenada por el príncipe Alejandro de Battenberg en 1880. Está dedicada a la Asunción de la Santísima Madre, en honor a la zarina María Alexandrovna de Rusia que era  tía del príncipe. El proyecto que se inspiró en el templo de Peterhovski de San Petersburgo fue realizado por el arquitecto municipal de la ciudad P. Kupka, siendo terminadas las obras en 1885. 



            De planta cuadrangular con tres naves, su interior está decorado por frescos realizados en 1949. El exterior de las cúpulas está recubierto por láminas de cobre que le confieren el peculiar aspecto de este tipo de templos. 





            Como ocurre en todos las iglesias ortodoxas, el presbiterio está separado del espacio reservado a los fieles por el iconostasio, una mampara ricamente decorada con iconos dispuestos según un estricto orden. Tiene tres puertas: la central o “puerta santa” está reservada a los clérigos y sólo ellos pueden atravesarla. A la derecha se sitúa la puerta meridional o "diaconal” que aparece en la imagen y a la izquierda la septentrional. Al espacio situado tras el iconostasio, donde se encuentra el altar, sólo acceden los clérigos, dado que la liturgia ortodoxa tiene un carácter diferente a la nuestra. 




            En las naves pueden verse diversos iconos que son objeto de especial veneración, así como lampadarios, siempre con candelas encendidas.





            La ceremonia de la boda comienza en la anteiglesia, donde tiene lugar el intercambio de anillos que no pudimos fotografiar, pues era preciso acreditarse y pagar una pequeña tasa (3 Euros). Cumplimentado este trámite, se nos permitió tomar imágenes del resto de la celebración, ya en el interior del templo. El rito es complejo aunque relativamente breve pues no va acompañado de la Eucaristía, como ocurre entre nosotros. Destaca la imposición de coronas a los contrayentes como pudimos ver en la boda del rey Juan Carlos I en Atenas, que los de mayor edad recordarán.




            Especialmente llamativo nos resultó el grupo de cinco bellas jóvenes que acompañaban a la novia y que estaban situadas tras los padrinos. 



            También, el atuendo de los cantores que intervinieron en distintos momentos. Hay que destacar que en la liturgia ortodoxa no se utilizan el órgano ni otros instrumentos.



            En la catedral encontramos también clérigos, como el que aparece en la imagen que nos permitió fotografiarlo tras pagar otra pequeña tasa (1 Euro), así como numerosos elementos simbólicos que vienen a poner de manifiesto las diferencias litúrgicas entre una y otra religión y la necesidad de disponer de un conocimiento previo para una mejor comprensión de lo que se contempla.

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