El
número XXXV (2014) de la revista Archivo
Dominicano que edita el Instituto Histórico Dominicano de la Facultad de
Teología San Esteban de Salamanca, incluye un extenso artículo de D. Alberto
Aguilera Hernández sobre “El obispo dominico fray Juan López de Caparroso y su
capilla de los Mártires en la colegiata de Santa María de Borja (Zaragoza) a
comienzos del siglo XVII”.
Entre
las aportaciones más interesantes destaca la identificación del autor del
retablo encargado por Dª María López de Caparroso, hermana del obispo, y su
sobrino Martín, el 27 de febrero de 1611, para la capilla de los Mártires.
Según la capitulación localizada en el Archivo de Protocolos de Borja, el
encargado de realizarlo fue el ensamblador Jerónimo de Estaragán, natural de
Calatayud, que en aquellos momentos residía en nuestra ciudad. Hasta ahora, se
venía atribuyendo a Antón Tomás que, sin embargo, pudo intervenir en la
elaboración de las trazas preliminares.
No
fue el único trabajo realizado en Borja por Estaragán, ya que en 1613 le fueron
encargadas “tres sillas tribunales” para la sede del concejo, de la que se ha
conservado una de ellas, que es conocida con la denominación de “silla del
Justicia” y se puede ver en el Salón de Reyes de la Casa Consistorial. También
llevó a cabo algunos trabajos en la capilla del Santo Cristo, entre ellos la
realización de su rejado.
Hace
referencia, asimismo, al dorado y policromado del retablo que corrió a cargo
del pintor zaragozano Domingo del Camino que también fue el autor de las
pinturas del banco.
De
igual relevancia es el hecho de establecer la relación que existió entre los
bustos relicarios de Santo Domingo de Guzmán y de Santa Catalina de Siena, que
actualmente se exhiben en el Museo de la Colegiata, con este retablo. En
opinión del autor, ocupaban el lugar de la calle central donde, ahora, se
encuentra la Virgen del Rosario, por lo que respecta al primero, y la actual
imagen titular de Santo Domingo en relación con el de Santa Catalina. Ambos
bustos como el resto de la imaginería del retablo es atribuido a Antón Tomás,
salvo el calvario que fue realizado por Estaragán.
Por
lo que respecta a la propia capilla, se detalla el vínculo de la misma con el
marquesado de Montesa. Una sobrina nieta del obispo, Dª Rafaela López de
Caparroso y Jordán, contrajo matrimonio en 1625 con el tudelano D. Francisco
Ferrando Vicent de Montesa. Uno de sus nietos, D. Fernando Vicent de Montesa y
Gorráiz-Beaumont, fue creado marqués de Montesa, en 1712, por Felipe V.
Podemos
pues señalar que estamos ante un interesante trabajo que viene a poner de
manifiesto la importancia de este obispo borjano y de las obras relacionadas
con el mismo en la colegiata de Santa María. Debemos recordar que este año se
va a proceder a restaurar el busto de Santo Domingo y, en un futuro no muy
lejano, sería conveniente que se acometiera la recuperación de ese magnífico
espacio que es la capilla de los Mártires, objeto de este trabajo de Alberto
Aguilera.
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