Es
curioso que aunque existen numerosas imágenes sobre la estación del antiguo
ferrocarril de Cortes a Borja en nuestra ciudad, apenas se conservan
fotografías del edificio central de la misma y no conocemos ninguna en la que
aparezcan sus dependencias interiores.
En
estas postales que reproducimos se ven las dos fachadas de ese edificio, la que
daba a los andenes y la que se abría al antiguo paseo. En concreto esta última
fotografía corresponde a un momento en el que todavía no se había construido el
parque ni el ahora llamado Paseo de Valentín Aznar.
Pedro
Domínguez Barrios ha recreado la forma de la estación, un edificio que se
articulaba en tres volúmenes o cuerpos alineados, siendo de mayores dimensiones
y anchura el central.
Como puede apreciarse
en el proyecto original, no fue concebido inicialmente así, pues los dos
cuerpos laterales sólo disponían de planta baja y se cubrían con cubierta
plana, coronando las fachadas mediante una balaustrada. Sin embargo como
atestiguan las fotografías existentes, se construyeron de dos plantas, con
cubierta a una vertiente a los testeros, paralela y ligeramente más baja a la
del cuerpo central.
Estructuralmente, el
cuerpo central estaba dividido longitudinalmente en dos crujías, por una jácena
o puente de madera apoyada en su mitad en un machón central de fábrica, y en
sus extremos en sendas pilastras, quedando pues los envigados perpendiculares a
las fachadas. Los cuerpos laterales lo hacían en paralelo a las fachadas,
cargando en los muros testeros y medianeros.
Los huecos, eran
simétricos con respecto a los dos ejes: diez en planta baja, en las fachadas
principales o longitudinales, todos ellos para puertas de dos hojas, rematados
en arco rebajado, y enmarcados con una moldura sencilla perimetral, y otra
moldura sobre el arco a modo de melena de campana, seis de ellos en el cuerpo
central, y cuatro en los dos laterales, en esta misma planta, disponía de cuatro
huecos en los testeros, y otros cuatro paralelos a estos en los muros
medianeros, que comunicaban ambos cuerpos. En la primera planta, el cuerpo
central presentaba los mismos huecos, pero destinados a ventanas, mientras que
los de los cuerpos laterales, eran puertas, con reja de protección tipo balcón,
igual en alzado principal que en testeros.
La arista de los
retranqueos de los distintos volúmenes, se decoraba con revoco imitando
despiece de sillería, en ambas fachadas. En el cuerpo central, una cornisa
volada con molduras sencillas, marca el nivel de la planta primera y el
arranque del ático; sobre ella, había un óculo en el frontón que no se
contemplara en los planos de proyecto.
El alero volado estaba
formado frontalmente por canetes de madera, y lateralmente por la prolongación
de las correas de cubierta. En las fachadas principales, estaba decorado por un
bello frente de madera siguiendo la pendiente de la cubierta, similares a los
que todavía pueden verse en el lavadero de Borja o en las galerías de algunas
casas del Santuario de Misericordia.
Precisamente, esta
conjunto de edificaciones del Santuario nos recuerdan mucho a la estación, con
sus cadenas en las esquinas, columnas de fundición, mampostería revocada,
telares de huecos con molduras, y frentes de madera.
La antigua estación fue derribada para construir el
Colegio Libre Adoptado “Juan de Coloma”, más tarde transformado en Instituto.
Su emplazamiento aproximado es el que aparece en esta recreación del croquis de
la estación sobre la fotografía del Instituto.
Lo
único que se ha conservado es el muro de contención que discurre frente al
parque y la rampa de bajada, ambas obras realizadas con piedra. También en
alguna finca próxima pueden verse algunos restos del andén.
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