Hace
algún tiempo publicamos una serie de artículos dedicados a lo que llamamos “las
Borja de Ultramar”, aquellas poblaciones que, en diferentes lugares del mundo
llevan el nombre de nuestra ciudad. No llegamos a dejar constancia de todas
ellas y, en alguna ocasión, lo haremos. Pero hoy queremos referirnos a la bahía
de Borja y a las islas Borja Grande y Borja Chica, situadas frente a ella, en
el estrecho de Magallanes y de cuya existencia no nos habíamos percatado, a
pesar de haber navegado por aquellas aguas.
El
mapa fue levantado con ocasión de la expedición que, al mando del Capitán de
Navíó D. Antonio de Córdova, zarpó de Cádiz el 26 de septiembre de 1788, para
estudiar y cartografíar el estrecho de Magallanes. A bordo de los paquebotes Santa Casilda y Santa Eulalia,
viajaron un grupo de destacados marinos, seleccionados por sus cualidades y
preparación que regresaron, siete meses después, después de haber cumplido los
objetivos científicos de la expedición.
Algunos
de aquellos jóvenes oficiales llegaron a destacar más tarde como D. Cosme
Damián de Churruca, muerto heroicamente en la batalla de Trafalgar; o D.
Francisco Javier de Uriarte y Borja, que aparece en la imagen superior y que
fue el comandante del navío Santísima
Trinidad en la citada batalla, donde resultó herido y capturado.
Uriarte
era descendiente directo de San Francisco de Borja y en el momento en que
participó en la expedición al estrecho tenía el empleo de Teniente de Navío.
Estuvo al frente de una de las lanchas que se encargaron de los levantamientos
cartográficos, dando su apellido a una de las bahías y a los islotes situados
en sus inmediaciones.
Entrada a bahía Borja con uno de los islotes |
Estas
fotografías fueron tomadas durante viaje efectuado por la fragata argentina
Sarmiento entre 1899 y 1900. En la primera se ve el acceso a la bahía con uno
de los islotes, mientras que en la siguiente se advierte el
aspecto de la misma rodeado de altas montañas.
Bahía
Borja pertenece a la región de Patagonia y Antártica de la república de Chile y
está a poco más de 150 kilómetros de Punta Arenas, capital de esa región.
Podemos destacar que es una zona de gran belleza, como todos esos canales
patagónicos, a través de los cuales los buques pueden eludir el barajar el cabo
de Hornos, famoso por la fuerza de sus vientos y temporales.
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