El
pasado viernes hacíamos referencia a la capilla de la Patrona de Alemania que
se encuentra en la localidad bávara de Altötting. En esa misma plaza se alza
una hermosa estatua ecuestre dedicada a Johann T’Serclaes, conde de Tilly, frente
a la que tuvimos la emoción de recordar la brillantes trayectoria militar de
este ilustre militar español de los siglos XVI y XVII.
Porque
Johann Tserclaes vino al mundo, en 1559, en el castillo de Tilly, cuando los
Países Bajos formaban parte de la Corona española. Inició su carrera militar a
la sombra de personajes tan destacados como el duque de Parma y llegó a ser
maestre de campo. Tras participar en diversas campañas contra los rebeldes
holandeses y contra los turcos en Hungría, en 1618 asumió el mando del Ejército
de la Liga Católica, durante la llamada “Guerra de los treinta años”, un
enfrentamiento entre católicos y protestantes en el que España, junto con el
Sacro Imperio y la Liga Católica, luchó contra el resto de las potencias del
momento por la hegemonía en Europa.
A
lo largo de toda la contienda, el conde de Tilly se impuso a sus enemigos en
una impresionante sucesión de victorias, hasta que tras la intervención de
Suecia, es derrotado en Breintenfeld por el rey Gustavo Adolfo, el 7 de
septiembre de 1631. Un año después volverían a enfrentarse a orillas del río
Lech, donde Johann T'Serclaes encontró la muerte.
Sus
restos reposan ahora en la cripta de una capilla anexa a la iglesia de San
Felipe y Santiago de la citada localidad alemana de Altötting, a la que tuvimos
la oportunidad de descender.
Allí,
en el sarcófago central y a través de una mirilla de cristal pueden verse los
despojos de este militar y ferviente católico que era apodado “el monje con
armadura” y cuya estirpe continuó vinculada con España y, también, con Aragón.
Porque,
uno de sus descendientes, Alberto Octavio T’Serclaes de Tilly, fue creado
príncipe de T’Serclaes de Tilly por Carlos II el 22 de diciembre de 1693.
Alberto
Octavio había nacido en Bruselas en 1646 y también abrazó la carrera de las armas,
combatiendo en los Países Bajos, tanto durante el reinado del último de los
Austrias como en el de Felipe V, cuya causa abrazó, desempeñando un importante
papel en la Guerra de Sucesión. Por este motivo, fue recompensado con la
Grandeza de España, siendo nombrado en 1706 virrey de Navarra. Entre 1711 y
1714 fue Capitán General de Aragón, conservándose en el Archivo Histórico
Municipal de Borja varias cartas remitidas por él. Murió en 1715, siendo
Capitán General de Cataluña.
En
1856, la reina Isabel II creó el título de duque de T’Serclaes en la persona de
D. José María Pérez de Guzmán y Liaño, V príncipe de T’Serclaes de Tilly,
vinculando definitivamente con la nobleza española, dado que el título de
príncipe era de Flandes.
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