domingo, 4 de octubre de 2015

Homenaje al arqueólogo de Palmira


            El 18 de agosto pasado, miembros del denominado “Estado Islámico” decapitaron al arqueólogo Khaled Assad, de 82 años de edad, tras un mes de torturas y vejaciones. Era un destacado arqueólogo y antropólogo que, entre 1963 y 2003, fue director del Sitio Arqueológico y del Museo de Palmira, donde desarrolló una extraordinaria labor reconocida en todo el mundo. Autor de numerosas publicaciones sobre esa ciudad, dominaba varios idiomas, entre ellos el arameo. 



            Ahora, con motivo de la celebración de Día Mundial de la Arquitectura, la Asociación de Arquitectos y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, ha convocado para mañana lunes un acto de homenaje, en el que será nombrado Socio de Honor a título póstumo y será presentada una de sus obras más conocidas, Palmira. Historia, monumentos y pasado, traducida al español. 





            Palmira, una antigua ciudad situada en el desierto de Siria, adquirió gran importancia tras la conquista romana y, entre 268 y 272, se convirtió en la efímera capital de la reina Zenobia, viuda de Septimio Odenato que había sido vasallo de Roma.
            Durante su mandato Zenobia embelleció la ciudad que llegó a contar con 150.000 habitantes y disponía de grandes avenidas que discurrían entre templos y edificios monumentales. Su pretensión de crear un imperio, entre el romano y el sasánida, le llevó a crear un poderoso ejército que mandó personalmente. Era una excelente amazona y marchaba al frente de sus tropas, pero su sueño terminó al ser apresada y llevada a Roma, aunque finalmente pudo conservar la vida, debido a la impresión que produjo al emperador Aureliano, aunque no pudo librarse de ser paseada por las calles de la capital, arrastrando un carro con cadenas de oro.  



            La ciudad de Palmira ha sido uno de los principales atractivos turísticos de Siria, siendo visitada por miles de turistas. Sin embargo, tras la captura de la ciudad por el Estado Islámico, las venerables ruinas se convirtieron en escenario de atroces matanzas, entre ellas la del hombre que dedicó su vida al estudio y conservación de las mismas. 




            Poco después comenzaba la destrucción sistemática de alguno de sus más importantes monumentos, como el templo de Bel que aparece en la imagen superior. Aunque este hecho había sido desmentido inicialmente por algunas fuentes, las fotografías tomadas por satélites han confirmado plenamente los peores presagios. 





            También ha sido destruido el templo de Baalshamin y otros monumentos, utilizando explosivos, siendo también impactantes las imágenes de miembros del EII que, con la ayuda de picos y mazos, arrasaban relieves y esculturas.
            Sin embargo, la gravedad de estos hechos no debe oscurecer la crueldad con que han sido segadas las vidas de muchas personas, entre ellas, la del ilustre arqueólogo Khaled Assad, a cuyo homenaje queremos sumarnos.

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