Nuestra
reciente estancia en Salzburgo ha sido pródiga en interesantes visitas a
templos y museos de Arte Religioso, ubicados en los alrededores de la ciudad y
en otras localidades de la vecina Alemania.
En
uno de esos recorridos tuvimos la oportunidad de conocer la Gnadenkapelle
(capilla de Gracia), situada en la ciudad bávara de Altötting, donde se venera
la imagen de Nuestra Señora de Altötting, patrona de Alemania. Situada en una
gran plaza, rodeada por otros hermosos templos, la capilla es un edificio de
reducidas dimensiones al que acuden numerosos fieles de Baviera y de toda
Alemania.
Entre
sus peregrinos más ilustres se cuenta a S. S. Benedicto XVI, nacido el 16 de
abril de 1927, en la localidad de Marktl que forma parte de la comunidad de
Altötting.
En
el interior de la capilla se encuentra la imagen medieval de la Virgen, en un
camarín de plata y rodeada de numerosos exvotos. En una urna de plata están
depositados los corazones de 28 miembros de la casa de Wittelsbach, a la que
pertenecieron los monarcas de Baviera, que fue reino independiente entre 1806 y
el final de la I Guerra Mundial, entre ellos el de Luis II, el protector de
Wagner y constructor de los impresionantes castillos de Linderhof,
Neuschwanstein y Herrenchiemsee.
La
capilla está rodeada por un espacio porticado en el que se acumulan numerosos exvotos
pintados, ofrecidos por los fieles en agradecimiento a los favores recibidos
por intercesión de la Virgen. No hace muchos días hicimos referencia al que se
conserva en el Museo de la Colegiata de Borja, dedicado a la Virgen del Carmen.
Los que ahora hemos visto en Altötting constituyen un abigarrado conjunto,
realmente espectacular.
Los
hay de diferentes épocas, siguiendo la tipología habitual de este tipo de obras
en las que se hace una sucinta exposición del favor recibido, con referencias a
la Virgen y los Santos a los que se pidió protección y una representación
gráfica de lo acaecido, siempre con el estilo característico de estas
manifestaciones de la religiosidad popular que sigue vigente, como lo demuestra
el hecho de que algunos de ellos sean contemporáneos.
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