Ramiro
Adiego Sevilla informaba, recientemente, en su blog “El nido de águilas del
Moncayo”, sobre la restauración de una antigua era llevada a cabo por un vecino
de Purujosa. Es una era muy bonita que ha merecido la pena recuperar y llama
poderosamente la atención por su forma y peculiaridades.
Ello
nos ha recordado el trabajo que realizamos, hace ya muchos años, en Trasobares,
una localidad que contaba con un impresionante conjunto de eras, entonces ya
abandonadas, pero en las que podían verse tipologías y modelos muy diferentes.
Durante
varias jornadas, realizamos diapositivas de las mismas, ahora desvaídas por el
paso del tiempo, mientras Manuel Giménez Aperte levanta croquis y tomaba
medidas, con el propósito de publicar un trabajo que nunca llegó a ultimarse.
Al
menos, conservamos aquella información cuando, probablemente, la mayor parte de
esas eras se hayan borrado, después de tanto tiempo, a la espera de que alguna
se pueda recuperar, como ha ocurrido en Purujosa
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