Los
viajes que efectuamos a distintos lugares nos permiten recopilar una serie de
obras relacionadas con los mismos, que pasan a engrosar los fondos de nuestra
biblioteca. Así ha ocurrido en el reciente desplazamiento a Morella, de donde
hemos traído las obras que comentamos.
La
primera de ellas lleva por título Puertas
y Torres de Morella y está firmada por dos arquitectos, Vicente Dualde
Viñeta y José Miguel Hernández Fernández. Editada este mismo año, con motivo
del L aniversario de la primera restauración contemporánea de ese excepcional
conjunto arquitectónico, constituido por las defensas de la ciudad, cuyas
murallas tienen una longitud de más de 1.800 metros, ofrece en sus 90 páginas
una interesantísima reconstrucción gráfica de las torres y portales que jalonan
el recorrido de las mismas. Inserta también unos códigos QR, en distintos
colores, que permiten acceder a una información más amplia y a diferentes
vídeos, constituyendo un excelente ejemplo para la difusión de un Patrimonio
que tuvimos la oportunidad de recorrer, comprobando que, por otra parte, cuenta
“in situ” una serie de paneles explicativos muy completos que ayudan a
comprender la historia y el significado de esas fortificaciones.
También
conseguimos el volumen I del Plan General
Municipal de Ordenación Urbana, editado por la Generalitat Valenciana en
1986 que, en sus 676 páginas, ofrece amplia información sobre la estructura
urbana de la ciudad y el Inventario Patrimonial de todo el término municipal,
con sus correspondientes fichas.
Especialmente
interesante es la obra de Vicent García Edo, Blasco de Alagón, ca. 1190-1239, publicada en valenciano/catalán por
la Fundación “Blasco de Alagón” de la universidad Jaume I, en 2008. Como ya
comentamos en otro artículo anterior, este personaje aragonés, vinculado a
nuestra zona, pues Gallur perteneció a su familia, en el siglo XII, fue el
conquistador de Morella que tuvo que ceder a Jaime I, dada la importancia
estratégica de la plaza. A pesar de la importancia histórica de su figura,
pocos datos se conocían de ella y de su estirpe. De ahí la importancia de este
trabajo, muy bien editado e ilustrado con antiguas fotografías de la ciudad,
que incluye también una regesta documental muy completa, fruto del minucioso
trabajo de investigación llevado a cabo por el autor, que es Profesor de
Historia del Derecho en la citada universidad.
Por otra parte, la Mancomunidad
Taula del Sénia nos hizo entrega del bellísimo catálogo de olivos milenarios,
pertenecientes a tres comunidades autónomas, entre ellas la aragonesa, que han
sido objeto de un programa innovador, encaminado a su salvación y difusión, a
través de diferentes iniciativas que han merecido premios de Europa Nostra y de
Hispania Nostra. De esta iniciativa ya nos hicimos eco en este blog y merece la
pena releer el artículo que entonces publicamos, pues podemos hacer algo
similar en nuestra comarca y en otros lugares de Aragón, como comentamos en
otro artículo, a raíz de un poyecto del gobierno aragonés.
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