Hay
casos, como el de la magnífica fotografía que hoy publicamos, en los que
resulta fácil identificar el lugar dónde fueron realizadas pero ofrece mayores
dificultades interpretar la información que proporcionan.
Estamos
ante una foto de finales del siglo XIX, procedente del archivo de la familia
Ojeda en el que se aprecia el edificio del Santuario de Misericordia y, en
primer término, una larga fila de personas que ascienden por el camino, en
dirección a la ermita del Calvario.
A
la izquierda puede verse una de las cruces y, en centro, destaca un estandarte
blanco, precedido de un pendón, llamando la atención el atuendo de las mujeres,
muchas de ellas con blusas blancas y tocadas con un pañuelo del mismo color,
mientras que los hombres que siguen van con camisa blanca y chaleco negro.
Estamos, por lo tanto, ante una “procesión” que parte del Santuario hacia el
Calvario. Pero ¿Con qué motivo?
La
clave nos la ha proporcionado el estandarte que es el que tuvo la cofradía de
San Bartolomé, así como las prendas que visten los concurrentes, propias de la
época estival ya que estamos ante la popular romería del 25 de agosto, en la
que participaba la citada cofradía aunque, en aquellos momentos, no era la
protagonista.
Porque,
en su origen, se trataba de una procesión creada por iniciativa de uno de los
asiduos visitantes del Santuario, el ilustre catedrático y rector de la
universidad de Barcelona, D. Ramón Manuel Garriga Nogués, que está enterrado en
la iglesia del Santuario.
Fue
él quien, el 24 de agosto de 1886, decidió organizar una procesión con la
imagen de Cristo crucificado que llegaba hasta el Calvario. En la obra que
dedicó al Santuario señala que eligió ese día por ser la festividad de un
Apóstol y como despedida a los veraneantes.
Pero
“sabedores los devotos cofrades de San Bartolomé de Borja, solicitaron su
participación en los años sucesivos, suplicando además que, pues celebraban
aquel día la fiesta de su Patrón en la ciudad, se trasladase la procesión al
siguiente; y desde entonces, o sea desde 1887, se verifica el 25 de agosto,
asistiendo muchísima gente de Borja y pueblos vecinos”. Efectivamente, está
constatada la presencia de representaciones de diversas localidades y así se
hacía constar, años más tarde, en las crónicas publicadas en Ecos del Moncayo.
En
el transcurso del tiempo se perdió el origen de esta tradición, dejando de
celebrarse la procesión, aunque la cofradía siguió acudiendo al Santuario,
cobrando especial protagonismo el dance que se sigue interpretando allí, en
homenaje a la Virgen de Misericordia.
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