Las
fiestas son días de convivencia y diversión que la mayoría de los ciudadanos
disfrutan con el respeto debido al resto de los vecinos y al conjunto
patrimonial de Borja. Sin embargo, hay personas que se amparan en el marco de
esas celebraciones para, consciente o inconscientemente, perpetrar actos
vandálicos que luego hay que reparar.
En
la pasada feria de septiembre fueron lanzadas y colgadas botellas, con líquidos
en su interior, en diversos lugares. Los miembros de la brigada municipal ya
retiraron algunas en la plaza del Mercado, sobre una caja de registro
eléctrico, lo que entrañaba un riesgo añadido. Pero quedan otras. Nada menos
que tres en una ventana situada al inicio de la calle de Coloma y otra sobre el
pórtico de la iglesia de la Concepción, donde también colgaron otras en las
ventanas de su fachada.
Allí
también apareció, el fin de semana inmediatamente posterior a las fiestas, esta
pintada que, por estar situada a la entrada de la ciudad y sobre un monumento
especialmente protegido, es preciso borrar.
La
proliferación de pintadas, algunas indudablemente ofensivas, como la realizada
en la calle de San Juan Baja, se ha convertido en algo frecuente. El Sr.
Alcalde que fue especialmente diligente a la hora de solucionar el problema
planteado en la plaza del Mercado, nos comentó su intención de proceder, próximamente, al borrado de
todas las existentes en el casco antiguo (declarado Bien de Interés Cultural) y
de las que hemos realizado un inventario casi exhaustivo. Una medida digna de
elogio que esperamos se lleve a cabo con celeridad, así como la retirada de
efectos en algunas vías públicas, convertidas en improvisados almacenes de
desechos.
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