En
el archivo de la familia Sánchez del Río (ahora conservado en el Centro de
Estudios Borjanos) existe una postal en la que aparecen los antiguos gigantes
de Alcañiz. Pertenece a una serie realizada por C. Escuín, de vistas de esa
ciudad, y fue remitida el 2 de enero de 1923 a D. Manuel Sierra por D. Pedro
Fergusson.
De
regreso de nuestro reciente viaje a Morella, tuvimos el capricho de detenernos
en Alcañiz, cosa que siempre es gratificante, para fotografiar el lugar por
donde desfilan los gigantes de la postal. Se trata de la actual plaza de
Alejandro Mendizábal Martín, antes de San Antón, pues en el edificio que se
alza entre las dos calles hay una hornacina dedicada a este Santo.
Durante
la Guerra Civil, esa casa quedó en el estado que muestra esta otra fotografía,
como consecuencia de los bombardeos a los que fue sometida la ciudad, entonces
en poder de las fuerzas republicanas. No obstante, se aprecia muy bien la
citada hornacina.
Los
gigantes actuales son diferentes a los antiguos y, recientemente, se ha
decidido unir al Rey y la Reina otros dos que representarán a los dulzaineros Noel Vallés y José Alejos,
“el Pepinero”.
En
la búsqueda de imágenes para ilustrar este comentario hemos encontrado algunas
de su participación en actos, como el de la proclamación de las Reinas de las
Fiestas, en las que se observa la presencia de seis personajes relacionados con
el protocolo del que se rodea la corporación municipal. En concreto, los
maceros, los clarineros y dos personajes con traje de antiguos alguaciles.
Y
es que estos detalles se cuidan mucho en todas las ciudades aragonesas. En
estas otras fotografías se aprecian muy bien las características del atuendo de
todos estos personajes. Hay que señalar que en Alcañiz solo desfilan
clarineros, pero dispuso también de timbaleros. Por otra parte, los miembros de
la corporación llevan las bandas con los colores de la señal real, por
privilegio expreso.
Respecto
a las mazas que portan, según hemos podido conocer, a través de la página de la
Fundación “Quílez Llisterri”, fueron elaboradas por el platero de Barcelona
José Rovira, en 1815, para reemplazar las que, en 1595, había realizado el
platero Pedro Mendieta, las cuales fueron robadas durante la Guerra de la
Independencia.
Lo
mismo sucedió en Borja, donde las mazas de plata fueron sustraídas por una
partida de guerrilleros españoles. En este caso, no fueron reemplazadas hasta
1889, cuando con ocasión del I Centenario de la Virgen de la Peana y para dar
mayor realce a la presencia de la corporación se hicieron las que se siguen
utilizando que son de menor calidad y que están expuestas en el Salón de Reyes
de la Casa Consistorial.
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