Hoy se
cumplen cincuenta años desde aquel 19 de marzo de 1969 en el que Antonio y
Teresa pusieron en marcha el Bar “Buen Humor”, un pequeño local que, muy
pronto, se convirtió en un referente dentro del sector de la hostelería en
nuestra ciudad, fundamentalmente por las fritos que elaboraba Teresa y la
simpatía que siempre derrochó Antonio, que llegaba hasta el punto de permitir
el pago de las raciones mediante sucesivos giros postales de 10 céntimos de
peseta.
Ahora,
siguen al frente del mismo su hija y el marido de ésta. Antonio murió
prematuramente hace tiempo, pero Teresa podrá disfrutar de esta conmemoración a
la que unimos nuestra felicitación.
Por
sus reducidas dimensiones “El Buen Humor” se encuentra entre los bares más
pequeños del mundo, aunque este honor se lo disputan muchos establecimientos.
Hasta hace poco el Libro Record de los Guinnes se lo otorgaba al alemán
Blomberger Saustall, con 5,19 metros cuadrados, pero aspiraban a desbancarlo
otros como uno situado en las afueras de Queensland (Australia) con sólo 1,2
metros e, incluso, el británico The Wee Bar que está instalado en una cabina
telefónica y, además, sirve las bebidas gratis. No obstante, el propietario del
“Buen Humor”, reconocía que otro bar borjano “El Pincho” es más pequeño. Pero,
al margen de sus dimensiones, lo que nadie podrá negar a este establecimiento
que celebra hoy sus Bodas de Oro es que puede ofrecer algunas de los mejores
fritos del planeta.
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