miércoles, 13 de marzo de 2019

Las ruinas de Belchite


         Durante el viaje de ida hasta Morella que fue un periplo por recónditas carreteras en muy mal estado, pudimos detenernos junto a las ruinas del Belchite viejo, concretamente por su parte posterior, tomando algunas imágenes desde el cercado que las rodea, dado que todo el antiguo casco urbano fue declarado Bien de Interés Cultural (Sitio Histórico) por Decreto de 28 de octubre de 2002.

         No habíamos estado allí desde hacía más de 50 años y nos sorprendió encontrar en pie restos tan significativos como los de la que fuera iglesia parroquial de San Martín, declarada Bien de Interés Cultural por Decreto de 26 de octubre de 2001. Junto a ella aún se alza la fachada principal del convento de San Rafael de religiosas dominicas.




         La primera impresión que producen es el que lograran sobrevivir a los intensos bombardeos y el fuego de artillería de las fuerzas republicanas que sitiaron y asaltaron la población en agosto de 1937 y, sobre todo, el que un monumento mudéjar de esa importancia no haya sido objeto de atención, no para restaurarlo, lo que es imposible, pero sí para consolidar y conservar elementos tan relevantes como su torre y su ábside.





         Sí se ha restaurado la Torre del Reloj, otro de sus monumentos, declarado Bien de Interés Cultural en la misma fecha que la anterior, así como el arco de la villa por el que actualmente se accede a las visitas guiadas por el recinto de la villa.




         Pero, el resto de los edificios, algunos de ellos ejemplos significativos de la arquitectura aragonesa, se han ido derrumbando poco como muestran estas dos imágenes de la misma calle, aunque desde ángulos contrapuestos.




         Junto al recinto encontramos alguna pintada moderna enalteciendo al régimen que provocó la destrucción de la villa en una ofensiva que, a pesar del elevado número de bajas que provocó en ambos bandos contendientes no alcanzó los objetivos previstos que eran aliviar la presión ejercida sobre Santander, que terminó cayendo, y alcanzar Zaragoza, lo que no se logró a pesar del empeño puesto, quedando el frente estabilizado, tras la conquista de Belchite y otras poblaciones cercanas, a escasos kilómetros de la capital aragonesa. Pero una cosa es la Historia y lo acaecido allí hace 82 años y otra muy diferente la conservación del Patrimonio Cultural Aragonés en este caso concreto, por lo que vienen abogando, desde hace tiempo, diversas asociaciones.

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