Durante
el viaje de ida hasta Morella que fue un periplo por recónditas carreteras en
muy mal estado, pudimos detenernos junto a las ruinas del Belchite viejo,
concretamente por su parte posterior, tomando algunas imágenes desde el cercado
que las rodea, dado que todo el antiguo casco urbano fue declarado Bien de
Interés Cultural (Sitio Histórico) por Decreto de 28 de octubre de 2002.
No
habíamos estado allí desde hacía más de 50 años y nos sorprendió encontrar en
pie restos tan significativos como los de la que fuera iglesia parroquial de
San Martín, declarada Bien de Interés Cultural por Decreto de 26 de octubre de
2001. Junto a ella aún se alza la fachada principal del convento de San Rafael
de religiosas dominicas.
La
primera impresión que producen es el que lograran sobrevivir a los intensos
bombardeos y el fuego de artillería de las fuerzas republicanas que sitiaron y
asaltaron la población en agosto de 1937 y, sobre todo, el que un monumento
mudéjar de esa importancia no haya sido objeto de atención, no para
restaurarlo, lo que es imposible, pero sí para consolidar y conservar elementos
tan relevantes como su torre y su ábside.
Sí se
ha restaurado la Torre del Reloj, otro de sus monumentos, declarado Bien de
Interés Cultural en la misma fecha que la anterior, así como el arco de la
villa por el que actualmente se accede a las visitas guiadas por el recinto de
la villa.
Pero,
el resto de los edificios, algunos de ellos ejemplos significativos de la
arquitectura aragonesa, se han ido derrumbando poco como muestran estas dos
imágenes de la misma calle, aunque desde ángulos contrapuestos.
Junto
al recinto encontramos alguna pintada moderna enalteciendo al régimen que
provocó la destrucción de la villa en una ofensiva que, a pesar del elevado
número de bajas que provocó en ambos bandos contendientes no alcanzó los
objetivos previstos que eran aliviar la presión ejercida sobre Santander, que
terminó cayendo, y alcanzar Zaragoza, lo que no se logró a pesar del empeño
puesto, quedando el frente estabilizado, tras la conquista de Belchite y otras
poblaciones cercanas, a escasos kilómetros de la capital aragonesa. Pero una
cosa es la Historia y lo acaecido allí hace 82 años y otra muy diferente la
conservación del Patrimonio Cultural Aragonés en este caso concreto, por lo que
vienen abogando, desde hace tiempo, diversas asociaciones.
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