El Apostolado de la Oración en Borja en 1890

 

         Junto con los documentos de cuya adquisición dimos cuenta ayer, hemos conseguido este impreso en el que se anuncian los cultos organizados por el Apostolado de la Oración, en honor al Sagrado Corazón de Jesús, en 1890.

         Es raro encontrar impresos efímeros del siglo XIX en tan buen estado como el que estamos comentando, editado en la imprenta de Mendiri de nuestra ciudad.

         Como muchas personas conocen, el Apostolado de la Oración surgió en Francia en 1844 como una iniciativa encaminada a impulsar a los jóvenes estudiantes a ofrecer sus oraciones y el trabajo cotidiano como apoyo a los misioneros jesuitas que ejercían su labor pastoral en tierras lejanas.

         Pronto alcanzó gran difusión en todo el mundo, vinculada a la Compañía de Jesús, en cuyo seno había surgido. Junto con el fomento de la oración que, cada mes, tenía como fines los señalados por el Papa, fue también un instrumento eficaz de propagación de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

         En Borja se creó en 1876, bajo la tutela de los jesuitas de Veruela, aunque a comienzos del siglo XX, atravesó un difícil momento que hizo necesario el que fuera reimpulsada en 1929, desarrollando una gran actividad hasta nuestros días, aunque últimamente haya quedado circunscrita a los actos vinculados a la fiesta del Sagrado Corazón.       

         A través de la información que nos facilita el cartel reproducido, podemos ver que los actos consistían en un triduo que se anunciaba como “de preparación para la Comunión General” que no coincidía con la festividad del Sagrado Corazón.

         Tanto durante los días del triduo como en la Misa de Comunión General los sermones corrían a cargo de “un Padre de la Compañía de Jesús”. Interesante es también destacar que, el día de la fiesta, en el de la Comunión General y en todos los festivos del mes de junio, tradicionalmente consagrado al Corazón de Jesús, había exposición solemne del Santísimo Sacramento.

         Que había procesión, aunque no se indica expresamente, se deduce de la nota final en la que se recuerda la obligación de todos los miembros de la asociación de asistir “a la procesión con escapulario y hacha o vela”.