El pasado sábado la imagen de la Virgen del Moncayo retornó a “su casa” en la iglesia parroquial de San Martín del Moncayo, siendo instalada a los pies del presbiterio de ese bonito templo, cuya historia ya hemos contado, rodeada de flores.
Cada
año, la Virgen es llevada al comienzo del verano hasta el Santuario del Moncayo
de donde regresa a finales de agosto. En esta ocasión, por las circunstancias
que estamos viviendo no fue posible realizar la tradicional romería, pero la
imagen ha recorrido diversas localidades en las que se le profesa especial
devoción, antes de volver al altar que tiene dedicado en San Martín, donde su
lugar era ocupado por una fotografía de la misma.
Hemos
sido testigos del especial cariño que le dispensan los vecinos de esa localidad
de San Martín que quiso unir su nombre al de esta advocación mariana. Debemos
recordar que el mismo mecenas que hizo posible la construcción del actual
templo parroquial e impulsó otras muchas obras aquí, también contribuyó a
engrandecer el Santuario de esa Virgen que, desde su atalaya moncaína, ha
venido dispensando su protección a todas las localidades que se agrupan en
torno a esa montaña que preside nuestros valles. Que así sea, por los siglos de
los siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario