“El
correr de las acequias alegra la ciudad de Dios” dice el salmo 46 en su versión
correcta y en el Paraíso del Islam las acequias, por las que corre el agua, la
leche y el vino, constituyen uno de los ideales al alcance de los creyentes. De
ahí que, en sus jardines, las acequias y el agua adquieran un papel
fundamental.
En
Borja existe un jardín que, hace ya años, mereció un premio, que responde a
esos planteamientos. Aunque en estos momentos, no corre el agua hacia la
alberca, su imagen ha quedado perfectamente reflejada en la fotografía que nos
han remitido en la que no faltan pequeños ángeles jugando a la vera de sus
fuentes.
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