viernes, 8 de septiembre de 2023

Singular experiencia gastronómica

 

         Como ya comentamos, nuestra visita a Canfranc nos permitió disfrutar de una singular experiencia gastronómica en el restaurante instalado en los vagones situados en la parte posterior del hotel de la estación.



         El “Canfranc Express” es una iniciativa surgida de la mano de Ana Acín y Eduardo Salanova, dos de las figuras más representativas de la alta cocina aragonesa, vinculados a la Venta del Sotón de Huesca y al “Espacio N” que, en 2021, recibió una estrella Michelín, por su trabajo para difundir la cocina aragonesa de vanguardia.

         Eduardo, que además es de Canfranc, junto con Ana han puesto en marcha este nuevo proyecto que tiene características muy especiales, dado que sólo está destinado a un reducido número de personas, ocho o doce como máximo al día, que con una atención individualizada pueden disfrutar de esa experiencia inolvidable en el marco de unos vagones restaurados con el estilo de los años 20.




         El viaje se inicia en el interior del edificio del que parte el paso subterráneo que, en el pasado, unía la zona francesa con la española en la estación internacional.  Con una bebida de naranja y jengibre iniciamos el descenso, acompañados en todo momento por una serie de personas que nos prodigaron esa atención personalizada a la que antes hicimos referencia.

 


         En el interior del paso, comienza la experiencia con unas tartaletas de migas, copa de caldo y, más tarde, la degustación de una bebida no alcohólica, antes de iniciar el ascenso al andén donde se encuentran los vagones restaurante.




         Tras la señal de partida, entramos en el interior de uno de los vagones, donde nos ofrecieron una maleta, en cuyo interior encontramos cuatro de los platos de ese amplio menú de degustación que nos iban a ofrecer. 





         Y, junto con la maleta, nos hicieron entrega de un “pasaporte” personalizado en el que figuraban los nombres de las nueve personas que nos atendieron y la descripción de los distintos platos integrantes del menú que, sin embargo, fueron posteriormente detallados a la hora de servirlos.

 

         El primer vagón que atravesamos será, cuando se inaugure, el restaurante 1928 donde se servirán cenas pero, por el momento, el que ha entrado en servicio es el siguiente vagón.

 

         Tiene una capacidad mucho más reducida, como ya hemos comentado, y en el se encuentra la cocina, a la vista del público, donde nos esperaba el siguiente plato.







         Sin pretender describir cada uno de los distintos platos que integran el menú, ofrecemos imágenes de algunos de ellos para que nuestros lectores puedan hacerse idea de los mismos, así como del esmerado servicio y presentación que, asimismo, puede combinarse con un maridaje de vinos seleccionados.

 

         Algunos de esos platos son preparados y emplatados por Eduardo, junto a la mesa, ofreciendo detalles de sus distintos ingredientes.

 

         Para finalizar, cuando ya se habían incorporado al vagón otros dos comensales, había una variada oferta de postres, todos ellos dulces, aunque a petición nuestra, también nos prepararon una excelente ensalada de frutas.

         Finalizó así el recorrido gastronómico que aspira a recibir una estrella Michelín (bien merecida) que recomendamos a todos los que sepan valorar este tipo de degustaciones que, por su exclusividad, no están al alcance de cualquier economía.



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