Cuando preparábamos nuestro Diccionario de personas relacionadas con los 24 municipios del antiguo Partido Judicial de Borja, quisimos incluir entre ellas a D. Enrique Torres Vázquez, dada su vinculación con nuestra ciudad y el apoyo que dispensó a muchos de los proyectos surgidos aquí.
No pudimos hacerlo, dado que carecíamos de datos sobre él. Han tenido que transcurrir unos años para que su nieto D. Juan Manuel López Torres se pusiera en contacto con nosotros y nos facilitara la información y las imágenes de su abuelo, que ahora damos a conocer.
D. Enrique Torres
había nacido en Valladolid el 28 de septiembre de 1912. Se licenció en Derecho
en la Universidad de Madrid y el 7 de julio de 1942 obtuvo el título de
periodista en la Escuela Oficial de Periodismo.
Fue redactor de
Signo, en su primera época, y posteriormente redactor político de la
Agencia Logos, así como especialista en temas agrícolas, publicando numerosos artículos
en diferentes medios de comunicación, entre el zaragozano diario El Noticiero.
Todo ello lo
simultaneaba con su puesto de funcionario en la Oficina de Información
Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, desde la que supo ganarse el
afecto de los ministros D. Alberto Martín Artajo y D. Fernando María Castiella,
así como de sus jefes directos D. Juan Pablo de Lojendio y D. Alfonso Martín
Gamero.
De profundas
creencias religiosas, en su juventud fue Presidente de los Jóvenes de Acción
Católica. Estaba casado con Dª. Felisa García Soto, con quien tuvo seis hijos:
María del Pilar, Jaime, Fátima, María Luisa, Javier y María del Carmen.
Falleció
inesperadamente en Madrid, con 55 años de edad, como consecuencia de un infarto
de miocardio.
Estaba en posesión
de la Cruz de Oficial del Mérito Civil, de la Cruz de Caballero y la Encomienda
de la Orden del Mérito Agrícola, de la Cruz de San Raimundo de Peñafort y de la
medalla Pro Eclesia y Pontifice, otorgada por la Santa Sede.
Vinculado familiarmente
con Borja, la tierra de sus antepasados, en su archivo conservaba numerosas
postales y fotografías de nuestra ciudad y del Santuario de Misericordia, donde
pasaba los veranos.
En la
necrológica que le dedicó Miguel Monserrat en El Noticiero destacaba que,
con sus primeros ahorros, compró unos pequeños olivares y aquí disfrutaba con
la compañía de sus amigos Gervasio Mañas, Emilio Alfaro, Malaquías Sanjuán y
Emiliano Urzay, entre otros.
Decía el periodista
zaragozano que don Enrique se había convertido en un auténtico agente de la
comarca borjana en Madrid y, de ello, bien lo sabían D. Santiago Pardo Canalís
y D. Mariano Navarro Rubio, dos destacados políticos aragoneses ante los que
presentó las peticiones que le llegaban de nuestra ciudad.
Miguel Monserrat
terminaba su necrológica afirmando que “Borja sabrá cumplir una deuda de
gratitud con Enrique Torres, su gran enamorado, para el que no faltará el
nombre de una calle o un digno homenaje. Es un deber de nobleza e hidalguía”.
¡Qué equivocado
estaba Miguel! Aquí no se rinde tributo a sus mejores hijos ni se recuerda a los
que amaron a la ciudad, como Enrique Torres. Ha habido casos en los que se les dedicaron
una calle, pero luego no dudaron en quitársela.
Al menos, desde
este modesto blog, queremos recordar hoy a ese hombre bueno que fue D. Enrique
Torres, que quiso a Borja, probablemente más que algunos de nosotros.





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