Poco
antes de las diez de la mañana gigantes y gigantillos aguardaban ante la Casa
Consistorial el inicio del cortejo que iba a recoger el roscón, protagonista
del tradicional baile en el transcurso del cual es llevado a la iglesia de San
Bartolomé para adornar las andas procesionales del Santo.
El
Alcalde D. Eduardo Arilla Pablo y el Secretario de la cofradía D. Alberto
Aguilera Hernández supervisaban los preparativos, mientras del interior de la
Casa salían los cabezudos para incorporarse al desfile.
Tras
una breve espera, los cabezudos iniciaron la marcha, seguidos por los danzantes
y los gigantes y gigantillos, aunque en este último caso vimos a algunos de sus
portadores en brazos de su madre, mientras que el gigantillo, ataviado con el
traje de danzante caminaba asido del cuello.
Cerraba
la comitiva la Agrupación Musical Borjana, bajo la dirección de D. Félix
Martínez Lahuerta, ataviados con el polo de Bodegas Borsao.
Al son
de su música bailaban los danzantes o paloteadores, tras los cuales iban el
mayoral y el rabadán, así como el ángel, todos ellos personajes fundamentales
del dance.
En la
peña de las mayordomas de este año, ubicada en la calle Carretero, esperaba el
roscón, mientras que en el exterior se había preparado un refresco para todos
los participantes.
Allí
las hermanas María y Laura Pablo Zaro, Andrea Navarro Marco y Mónica Cuartero
Sánchez se fotografiaron con algunos de los danzantes y la “angelica”.
Tras
recuperar fuerzas, salió el roscón portado por María Pablo, que fue la primera
en bailarlo, seguida por sus compañeras que posteriormente le relevarían. Suele
ser costumbre que también tomen el roscón otras personas, siempre al compás de
una conocida melodía.
Desde
la sede de la peña y por la calle Mayor continuaron en dirección a la iglesia
de San Bartolomé. En esos momentos, el gigantillo danzante era llevado ya por
su afortunado propietario, asomando su cabeza por el pecho del mismo.
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