La
actual corporación municipal de Borja ha apostado decididamente, tras un
abandono casi secular, por la recuperación de la antigua judería de nuestra
ciudad. El proceso comenzó con la pavimentación de la calle de Mateo Sánchez,
conocida popularmente como “costera de San Pedro”, pero que en época medieval
era denominada “senda de Basenta” y fue trazada como ampliación de la judería
original.
Inicialmente,
los judíos fueron alojados en el interior de la alcazaba o Cinto, bajo la
protección real y con la obligación de mantener y reparar las obras de
fortificación. A ese recinto se accedía por la llamada “puerta del Cierzo” que
dio lugar el topónimo “Portaza”, aún subsistente. Pero cuando su número creció,
comenzaron a edificarse casas en el camino o senda por el que se accedía al
castillo.
Surgió
así la “judería de Basenta” de la que el Prof. D. Miguel Ángel Motis Dolader,
el mejor conocedor de la historia judía de nuestra ciudad, acaba de encontrar
un nuevo testimonio documental, cuyo texto literal dice así:
“Item, ultra de lo sobredicho, cupo al rey
nuestro senyor hun treudo que era del dicho Miguel Gallinero [judeoconverso de
Borja], ques sobre huna casa, siquiere cambras, de Simuel Benaçan, jodio,
sastre, sitiada en la judería de fuera, llamada la juderia de Basenta, que
affruenta con casas de Jento de Aragon, jodio, e con casas de Abraham Gallat,
jodio, e con carrera publica”.
Los
datos que aporta son sumamente interesantes pues además de mencionar
expresamente a esa parte de la judería nos facilita la identidad de cuatro de
sus moradores: Abraham Gallat, Jento de Aragón, Samuel Benaçan y Miguel
Gallinero, este último converso, a pesar de lo cual seguía residiendo en la
zona judía. Por otra parte, nos informa sobre la profesión de sastre de Samuel
Benaçan.
El
Prof. Motis ya destacó, en su momento, la importancia de la calle de Trébedes,
por tratarse de un elemento singular de nuestro urbanismo, dado que su función
era impedir que las casas de los judíos de la costera de San Pedro se adosasen
a las contiguas de los cristianos, de ahí lo angosto de su trazado.
La
imagen de la misma sirvió de portada hace años a la Guía del Aragón judío,
publicada por la Diputación General de Aragón, aunque su estado ha ido
empeorando en el transcurso del tiempo.
Comoquiera
que el resto de la calle ya ha sido recuperado, es de esperar que el M. I. Ayuntamiento
proceda en un futuro próximo a la rehabilitación del resto, ahora separado por
una reja, pues como hemos señalado es un elemento urbanístico de gran interés
histórico.
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