Pedro
Domínguez Barrios sigue incansable en su propósito de destacar la importancia
de la ermita de San Sebastián de Ainzón, tanto desde el punto de vista
arquitectónico como en relación con la historia de esa localidad.
Ahora,
nos ha enviado unos datos sobre antiguos ermitaños de la misma que fueron
localizados por D. Pedro José Aznar Sanmartín consultando el libro de
defunciones de la parroquia de Ainzón.
Reproducimos
aquí las referencias a cuatro de esos ermitaños del siglo XVIII que residieron
y cuidaron de la ermita en aquella época, como ocurría en todas las de nuestra
zona:
“A 23 de febrero de 1710 murió Pedro de
Ainzón, hermitaño de la hermita de San Sebastián con los sacramentos de
penitencia, comunión y extremaunción que le administro mossen Pedro Briz
coadjutor, no testó que era pobre hermitaño. Se enterró de limosna en el
cementerio”.
“A 26 de octubre de 1713 murió Manuel
Vicencey hermitaño de la hermita de San Sebastián de esta villa, no pudo
recibir los sacramentos porque le hallaron ya privado de todos los sentidos,
era pobre, se enterró en la hermita como ai otros hermitaños enterrados”.
“El 3 de julio de 1735 murió Antonio Francés
hermitaño de la hermita de San Sebastián de esta villa, después de haber
recibido los sacramentos de penitencia y eucaristía, no hubo lugar a la
extremaunción, se enterró en la misma hermita de limosna y era natural de
Magallón”.
“En 31 de octubre de 1753 murió Francisco
Rubio, hermitaño de San Sebastián y solo pudo recibir la extremaunción, di
cuenta de su intestado al Sr. Juez Monreal y dispuso que de 30 l. que
importaban sus bienes se le remitiesen para misas 20 l. y lo restante para
pagar su entierro y cavo de año y limosna a dos primas hermanas viudas del otro
hermitaño y todo se cumplió”.
A
Pedro Domínguez le llama la atención que actualmente en la ermita no se
perciban restos de dependencias adosadas en las que pudieran tener su
alojamiento los ermitaños. Sin embargo, apunta que pudiera estar ubicada en los
corrales que ahora se ven, levantados con mampuesto de canto rodado que,
probablemente, podrían corresponder a la antigua vivienda.
En su
última visita a la ermita pudo leer el texto del grafito situado bajo el arco
toral del lado de la Epístola. Está representado un fusil con bayoneta y a su
derecha una figura humana esquemática que se dispone a tomarlo. Entre ambos
dibujos se lee: “fusil republicano” y a la altura de la bayoneta: “A todos combatientes, no más mártires”, lo que
interpreta como una alusión a la Guerra Civil. No es el único existente en el
interior de la ermita, dado que en sus muros se encuentran también otros, como
puede apreciarse en la segunda foto.
Nos ha
facilitado otras imágenes del estado en el que se encontraba el forjado del
coro hace ya algún tiempo. Todo ello con el objetivo de poner de manifiesto la
necesidad de acometer la recuperación de este templo medieval que es un
monumento importante de nuestra comarca.
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