domingo, 12 de agosto de 2018

Finalizó la nueva campaña de excavaciones en Bursau


         Desde el pasado 22 de julio se ha llevado a cabo una nueva campaña de excavaciones en el cerro de la Cueva Esquilar, en la que han participado 20 personas, procedentes de las universidades de Zaragoza, Granada, Jaén y Autónoma de Madrid, bajo la dirección de D. Óscar Bonilla Santander, investigador del área de Arqueología de la Universidad de Zaragoza y los  arqueólogos Dª. Begoña Serrano Arnáez y D. Ángel Santos Horneros.

         Según la nota de prensa facilitada por el M. I. Ayuntamiento de Borja, que ha patrocinado la excavación, los trabajos realizados este verano se han centrado en ampliar la zona excavada durante las dos campañas acometidas en 1978 y 1979 por el Centro de Estudios Borjanos y la efectuada en 2017 por el mismo equipo de este año,  y en realizar dos nuevos sondeos en diferentes zonas de la antigua ciudad de Bursau, para delimitar su extensión y las diferentes fases de ocupación.





         En los sectores 1 y 2 se han podido documentar las estructuras defensivas del siglo I a.C. compuestas por gruesos muros de piedra con alzado en adobe correspondientes a la zona septentrional del sistema defensivo de la ciudad de Bursau durante las guerras civiles romanas.

         En este contexto se han recuperado diversos materiales arqueológicos relacionados con el sistema de fortificaciones como ánforas itálicas de vino y aceite y armamento entre el que destaca una espada de hierro.




En la parte más oriental del cerro se ha practicado un sondeo de cuatro metros cuadrados para poder comprobar la extensión yacimiento en este sector. Se pudo localizar un muro de la I Edad del Hierro (s. VI-V a.C.), asociado a dos pavimentos de tierra batida sobre los que se recuperaron un interesante lote de cerámicas pulidas de la I Edad del Hierro y gran cantidad de semillas carbonizadas.
Con el objetivo de completar la información sobre la ocupación del Cerro, en esta nueva campaña de planteó otro sondeo de cuatro metros cuadrados en la zona occidental del yacimiento que ha permitido constatar la continuación de la ocupación celtibero-romana en este sector.
Bajo un gran derrumbe de adobe, en el que se han documentado numerosos fragmentos cerámicos con cronologías entre los siglos II y I a.C., entre los cuales se hallan tanto producciones locales como importaciones itálicas, han podido localizarse evidencias de pintura mural.
Junto con los trabajos de excavación arqueológica se ha continuado con la consolidación y restauración arqueológica de las estructuras excavadas en los años 70 y en la campaña de 2017, destacando la aparición de vigas y tableros de madera en buen estado de conservación. Debido a la composición del terreno estos materiales orgánicos han podido conservarse hasta nuestros días aportando interesantes datos sobre las técnicas constructivas en la antigüedad.


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