sábado, 4 de mayo de 2019

Un escritor de origen borjano



         Ángel Abad Tárdez ha pasado a la historia por ser el letrista que mayor número de jotas escribió y así lo reconocen todos los autores que han abordado esta cuestión. De su biografía se destaca su nacimiento el 1 de octubre de 1887 en el zaragozano barrio de San Pablo, concretamente en el nº 76 de la calle del Portillo que partía de la plaza del mismo nombre y desapareció al trazarse la actual calle de conde Aranda.

         Pero lo que ignorábamos era su vinculación con Borja, dado que era hijo de Félix Abad Sancho, natural de nuestra ciudad, y de Estefanía Tárdez Fortea, nacida en Jaulín. Nos lo ha recordado D. Antonio Aragón quien nos ha enviado un artículo aparecido en una antigua revista de los empleados del Banco de Aragón, firmado con el seudónimo de “Templar” en el que se aporta ese dato y la fotografía del escritor, la única que hemos encontrado hasta ahora.




         En nuestra biblioteca conservamos la edición de su obra Mil y una coplas de Jota aragonesa que publicó, en 1986, el periódico El Día. Son muchas coplas pero, entre ellas, no hemos encontrado ninguna que haga referencia a nuestra zona, salvo una que comienza diciendo “Mi capitán es gallego; mi sargento de Gallur”. Bien es cierto que los temas que aborda versan sobre el elogio de la Jota, amor, sentimientos, de ronda, de picadillo, aunque hay un apartado dedicado a Calatayud cuando la cuestión de “La Dolores” estaba en pleno auge.




         No son los únicos libros de coplas que publicó, pues hemos encontrado uno titulado 300 coplas de Jota aragonesa y otro con jotas dedicadas A la Virgen y al Pilar, que son anteriores.



         En el nº 135 de la revista Aragón del Sindicato de Iniciativas y Propaganda de Aragón, aparecido en diciembre de 1936, fueron insertadas estas coplas a la Virgen. Poco antes se había producido el bombardeo al templo del Pilar, al que la revista dedicó amplio espacio. En la capital aragonesa se vivía, en aquellos momentos, un clima de exaltación patriótica. De ahí que la revista incluyera también una elogiosa crítica al estreno, en el teatro Parisiana, de la obra Patria, de la que eran autores D. Pedro Galán Bergua y D. Enrique Pérez Pardo y en la que habían actuado “nuestros paisanos la tiple María Vallojera y el barítono Plácido Domingo”. Se trataba del padre del gran maestro Plácido Domingo, D. Plácido Domingo Ferrer, nacido en Zaragoza en 1907.




         En ese marco bélico hay que situar algunas otras obras de Ángel Abad, como Rojo y gualda o Aprende el romance, niño, publicadas en el transcurso de la guerra. Ello ha motivado que algunos autores contemporáneos le hayan inscrito entre los escritores de una determinada adscripción política, sin percatarse de la época y el lugar en el que transcurría su vida.



         También, en el transcurso de la guerra publicó una curiosa obra, titulada La carta del combatiente, con modelos para escribir cartas desde el frente. Este tipo de libros eran relativamente frecuentes en unos momentos en los que el diálogo epistolar entrañaba dificultades para los que no estaban acostumbrados a practicarlos. De ahí que figure entre la relación de autores que lo facilitaron.




         Otra obra localizada es Mi tierra (jotas y joteros) así como el entremés Teatro baturro, género con el que también se atrevió. Ninguna de ellas hemos podido adquirirlas todavía, dado que se cotizan a un precio bastante elevado, cuando están disponibles. Pero, en el artículo que ha dado origen a este comentario se afirma que llegó a escribir 18 libretos de sainetes y zarzuelas, así como otras tantas obras literarias y 28 de letras de canciones.



         Menos conocido es el hecho de que fue el autor de la letra del primer himno del entonces Zaragoza F. C. estrenado cuando consiguió el ascenso a Primera División en la temporada 1935-1936 y cuya música era del maestro Sapetti.
         Ángel Abad falleció el 1 de noviembre de 1945 en su domicilio de la calle Ramón y Cajal nº 8 de Zaragoza, perteneciente a la misma parroquia en la que había nacido.

         Antes había residido en el nº 24 de la calle de Echeandía, donde por las noches, después de cenar, organizaba sesiones de jota. El recordado D. Francisco Oliván Bayle que asistió a ellas, recordaba en una conferencia pronunciada, en 1977, aquel gran salón con balcones a la calle por donde pasaron las grandes voces del momento, desde Miguel Fleta hasta joteros y tañedores de relieve. En esa casa conoció D. Francisco a una gran intérprete de Jota que comenzaba a destacar por los años veinte. Se trataba de Pilar Abad, “muchacha muy formalita, fina y modosa, que hablaba poco”, pero que cantaba bien con una voz muy agradable.




         Aunque, sin duda, habrá otras grabaciones de jotas de Ángel Tárdez, ofrecemos este enlace, para quienes deseen escuchar una de ellas en la voz de Pilar Arcos (1893-1990), una intérprete que, como recordaba Javier Barreiro, fue “la voz de América en España y de España”, ya que nacida en La Habana, cuando Cuba era todavía española, se convirtió en una extraordinaria intérprete que debutó con el cuplé, ampliando después su repertorio. Javier Barreiro afirma que “grabó miles de discos, sobre todo con los sellos Columbia y Victor, de muy distintos géneros: cuplé, tango, zarzuela, canción lírica latina, canción española…”, entre los que había que incluir la jota, como lo demuestra la grabación que ofrecemos que la Biblioteca Nacional ofrece en red, realizada para la casa Columbia hacia 1930.

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