Los recursos turísticos de Borja que desconocíamos

 

         Cada día descubrimos numerosas cosas que desconocemos de los lugares en los que vivimos. Afortunadamente, hay profesionales del periodismo que se encargan de que los descubramos. Así nos ha ocurrido ahora con un reportaje, aparecido en el diario digital “cronista.com”, que ha superado las mayores expectativas, ofreciéndonos una visión inédita de nuestra ciudad, por lo que aconsejamos leerlo aquí, si desean pasar un buen rato, dado que no tiene desperdicio.

         Lleva por título “Escapadas: el hermoso pueblo a una hora de Zaragoza que es hogar de la pintura más famosa de España” y, aunque no está firmado, parece evidente que su autor ha pretendido resaltar la importancia de este “pequeño pueblo” con “poco más de 4.000 habitantes”, “conocido por sus vinos y su patrimonio histórico y cultural”, lo que lo convierte en “un lugar ideal para escapar del bullicio de la ciudad y descansar”.

         Comienza con una reseña histórica en la que señala que fue fundada por los romanos con el nombre de Bursao, hasta que en el siglo XVI llegaron los Borja y le cambiaron el nombre.

         Hace referencia a sus vinos, al Imperio de la Garnacha y a la “Ruta enoturística de la Garnacha que ha sido distinguida como Espacio de Interés Turístico de Aragón”.

         Pero, es al comentar los monumentos borjanos, cuando descubrimos con entusiasmo lo que, hasta ahora desconocíamos. Entre ellos, el llamado castillo de la Zuda, del que ofrece esta imagen, destacando que su torre del homenaje “es considerada una de las más altas de España”. En el interior del recinto del castillo se encuentra la iglesia románica de San Miguel, y nosotros sin enterarnos.

         No menos interesante es la información que ofrece del Museo de la Colegiata, ilustrada con esta fotografía. Allí, según este genio del periodismo, hay una importante colección de pintura “con obras de artistas locales como Francisco Bayeu y Ramón Bayeu” que, como todo el mundo sabe nacieron en Borja y aquí dejaron la mayor parte de su producción artística.

         Tras el agotador esfuerzo empeñado al visitar el impresionante castillo, el Museo y el Santuario de Misericordia, el autor nos aconseja degustar las especialidades borjanas: las sopas de ajo, las migas (con huevos bien fritos, como se ve en la foto) y el ternasco.

         Comoquiera que, ante tanta maravilla, habrá muchas personas interesadas en llegar a Borja, el artículo nos ofrece varias alternativas.

         Viajando en vehículo propio, desde Zaragoza, hay que tomar la N-232 en dirección a Logroño y “desviarse en la salida hacia la CV-621 en dirección a Borja (seguramente pasando por Castiliscar).

         Si se opta por el autobús, la empresa Alosa opera varias líneas entre Zaragoza y Borja, aunque aconseja consultar los horarios. Pero, quizás, lo más cómodo sea viajar en tren. Respecto a esta última alternativa se señala que “es posible tomar un tren desde Zaragoza hasta la estación de Borja”, aunque inmediatamente después indica que “la estación más cercana se encuentra en la ciudad vecina de Vera de Moncayo, a unos 6 kilómetros de Borja”.

         Es posible que, al llegar a este punto de la lectura, muchas personas hayan alcanzado un paroxismo, quizás irrecuperable. Pero, si sobreviven, les proponemos identificar los errores advertidos en el reportaje, prestando especial atención a la identificación de dos de las fotografías. Podríamos, incluso, establecer un premio para el que detectase mayor número de fallos, aunque somos conscientes de que puede resultar más fácil encontrar los aciertos, por ser mucho menor su número. Que disfruten con la lectura.