Visitamos la catedral de Calahorra

       La catedral de Santa María de Calahorra es la sede más antigua de la actual diócesis de Calahorra y la Calzada-Logroño. El edificio actual, que sustituyó a otro mucho más antiguo, comenzó a construirse en 1485.

 

 

         Esta bonita pila bautismal está ubicada en el lugar exacto donde se consumó el martirio de San Emeterio y San Celedonio, los patrones de la ciudad. Allí, en el Arenal, extramuros del casco urbano se edificó un martyrium, un pequeño templo en el que se les rendía culto, sobre el que, posteriormente, fue construida la primera catedral, razón por la cual su ubicación se encuentra tan alejada del centro urbano.

 

         El retablo mayor es una obra reciente, realizada en 1904, reproduciendo el original que se quemó completamente en 1900. Bajo la actual mesa del altar, pueden verse los bustos relicarios de San Emeterio y San Celedonio, de plata sobredorada y gran calidad.

 

         En el centro de la girola se encuentra la capilla dedicada a lo Santos Mártires, con un gran relieve, muy efectista, del momento de su decapitación, con las imágenes de sus padres San Marcelo y Santa Nona, contemplando su muerte.

 

         En todos nuestros recorridos solemos prestar especial atención a las imágenes de la Virgen del Pilar que encontramos en cada templo. En este caso, tiene una capilla, construida entre 1630 y 1640, con un gran retablo churrigueresco. Flanqueando a la Virgen se encuentran los Santos Mártires. En la capilla vimos una imagen procesional en su peana, de producción industrial.

         Mas interés tiene este grupo de madera policromada, atribuido al escultor calagurritano Juan Félix Camporredondo, con la Virgen en el centro y arrodillados Santiago y un discípulo.

 

         Llaman la atención las imágenes de los Apóstoles en torno al trascoro y al trasaltar, así como la propia sillería del coro, aunque podríamos destacar otros muchos aspectos de este hermoso templo. 

Recientemente, en el claustro han sido reordenados las piezas museísticas de la catedral, permitiendo su contemplación. En el recorrido se pueden entrever, asimismo, otros espacios como la sala capitular o la sacristía.

La catedral de Calahorra es, en suma, un monumento que merece ser visitado, al igual que toda la ciudad que, por otra parte, está muy cerca de Borja, por lo que puede convertirse en un destino preferente para excursiones de un día.