Cuando
aún no se ha apagado el eco de la captura de una serpiente en un
establecimiento comercial de Borja, ayer D. Antonio de Pedro se vio sorprendido
al encontrar, en la puerta de acceso a la Casa de Aguilar, otro animal de
características similares y de más de un metro de longitud.
Asustado por este inesperado encuentro, impidió que
el oficio penetrara en nuestra sede, como pretendía, desplazándose hasta un
edificio contiguo, en el que se introdujo por uno de los huecos de la parte
inferior de la puerta.
Ante
la alarma creada en el vecindario se llamó a la Policía Local que, en esta
ocasión, no hizo acto de presencia, lo que tuvo trágicas consecuencias para el
animal ya que, horas después, cuando ya no estábamos presentes, volvió a salir
a la plaza, siendo perseguido por niños y mayores, hasta que le ocasionaron la
muerte. Una pena, dado que, como nos han informado, se trata de una especie
protegida.
Lo
llamativo de todo esto es el hecho de que, en tan corto espacio de tiempo, se
hayan visto dos serpientes en el casco antiguo de la ciudad y, en este último
caso, muy alejadas de lo que podría ser su hábitat natural.
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