La
última excursión organizada por el grupo de personas que, bajo la coordinación
de D. Manuel García Cebrián, recorren cada mes los alrededores de nuestra
ciudad, contó con un guía excepcional, el Dr. D. Isidro Aguilera Aragón, Director
del Museo de Zaragoza y profundo conocedor de la comunidad prehistórica
establecida en la Muela Alta de Borja, sobre la que versó su tesis doctoral.
A todos
los participantes se les distribuyó un texto elaborado por el Dr. Aguilera que
puede consultarse en este enlace del blog que mantiene D. Manuel García Cebrián
que es quien nos ha facilitado la información. Allí encontrarán también una
amplia descripción de los aspectos más importantes del recorrido, junto con las
fotografías que reproducimos y otras muchas más.
A lo
largo de todo el recorrido y, sobre la base del guion al que hemos hecho
referencia, el Dr. Aguilera fue proporcionando numerosas informaciones que los
participantes siguieron con gran interés.
Explicó
las razones por las que se establecieron en la zona unos hombres llegados hacia
el 2550 a. de C. habitando allí durante unos 1.300 años. Ocuparon cuevas y
covachos, entre los que destaca la cueva de Moncín, Patrimonio de la Humanidad,
de cuya importancia arqueológica fue descubridor el Dr. Aguilera, el cual ha
estudiado las pinturas rupestres encontradas en la misma.
En su
tesis doctoral trata sobre las razones que les llevaron a ocupar estos lugares.
Una muy sugerente es que se trataba de gentes de la zona de La Rioja que se
vieron obligadas a emigrar, como consecuencia de conflictos bélicos suscitados
en su lugar de procedencia.
Aquí
encontraron factores geográficos y medioambientales muy propicios, sobre todo
abundancia de agua, procedente de la lluvia filtrada en la roca caliza hasta
alcanzar una capa impermeable de arcillas, por la que sale al exterior dando
lugar a las numerosas fuentes de la zona.
Habló
también de lo que cultivaban, de su dieta y de los animales que allí había. Un
dato curioso es la abundante presencia de caballos, algo llamativo pues son
difíciles de domesticar, lo que puede demostrar que eran expertos en esta
técnica y que comerciaban con ellos.
Los
perros jugaban un papel relevante en los ritos funerarios, pues devoraban los
cadáveres intencionadamente abandonados a ello, lo cual no significa que
carecieran de un sentido trascendente, como lo demuestras sus pinturas. Era un
rito que ha podido ser atestiguado por las mordeduras que presentan los restos
óseos encontrados.
Lo que
no había era gatos, pues la introducción de estos en la vida doméstica fue una
moda importada por los romanos desde Oriente. Se refirió también a los animales
salvajes de la zona y a la vegetación, así como a los cultivos que
introdujeron, entre ellos los cereales.
Muy
interesantes fueron sus comentarios sobre las personas que integraron la
comunidad establecida en la Muela que, en los momentos de mayor auge, no superó
el número de 300. Se han documentado restos óseos de 15 individuos, desde una
mujer con más de 65 años, hasta niños neonatos. A través de los análisis
efectuados ha podido conocerse las enfermedades que padecían y la dieta que
ingerían.
Como
es habitual en este tipo de excursiones también se observaron y fotografiaron distintas
especies botánicas. En conjunto, resultó una experiencia apasionante por la información
recibida y por el conocimiento transmitido por el Dr. Aguilera Aragón sobre esa
lejana etapa de la historia de nuestra zona.
Al
final se reunieron todos en el bar de la
plaza del Santuario de Misericordia para comentar las incidencias del paseo y
preparar nuevos recorridos, así como otras importantes iniciativas que,
protagonizadas por algunos miembros del grupo, van a tener una gran
repercusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario