El Entierro de Cristo por los hermanos Sánchez Millán

      En el artículo anterior hacíamos referencia a la vinculación de los hermanos Alberto y Julio Sánchez Millán con nuestro Centro. En Borja residía su tía, Dª. Julia, que ejercía la docencia en el Grupo Escolar y, a través de ella, entablaron relación con nosotros, comenzando la realización de una serie de reportajes de diferentes lugares de la comarca.

         Con algunos de los materiales recopilados, concurrieron al I Concurso de Fotografía, convocado por el Centro en 1973, en el que lograron el Primer Premio con una serie de fotografías que acabamos de recuperar 46 años después.

         Una de las colecciones tenía como tema el Entierro de Cristo, cuyas imágenes queremos mostrar hoy, como testimonio de la evolución experimentada en el mismo, recordando además a muchas personas que ya no está entre nosotros, entre ellas el propio Alberto.

         La primera de ellas corresponde a la salida del cortejo de la colegiata de Santa María, en el que, tras el macero y heraldos, desfilaba la Banda de Cornetas y Tambores de la Cruz Roja de Borja, con la cofradía de San Juan que, en aquellos momentos, no tenía banda propia. Lo lograría años después con algunos de los integrantes de la que aparece en la imagen.

         También pertenecían a la banda de la Cruz Roja el corneta y el tambor de los alabarderos, fácilmente reconocibles, a pesar de los años transcurridos.

         Lógicamente, para quien contempla el Entierro de Cristo por vez primera uno de los elementos que más llama la atención son los “angelicos” que quedaron inmortalizados en estas fotografías.

         Y, por supuesto, el paso de la Muerte que, en esta otra imagen, aparece entrando en la plaza de España. Al fondo, en la primera planta del edificio, pueden verse todos los miembros de la familia Rodrigo que allí vivían. En la planta baja se encontraban las oficinas del Banco Hispano Americano.

         Finalmente, hemos encontrado esta otra del momento en el que se coloca la tapa sobre el arca en el que se transporta la imagen yacente de Cristo, antes de proceder al sellado de la misma, por el centurión que, posiblemente, también reflejarían pero que no aparece en el conjunto que estamos comentando.